El informe Deloitte City Mobility Index analiza los sistemas de movilidad urbana de 47 ciudades de todo el mundo.
Los datos obtenidos del Internet de las cosas, la inteligencia artificial y otras tecnologías digitales son utilizados para el desarrollo de las ciudades inteligentes.
Las administraciones públicas y empresas deben preguntarse cuál es el rumbo que deben seguir sus ciudades para adaptarse a la revolución tecnológica y digital actual. El desarrollo de las smartcities debe tener detrás un plan estratégico y una visión a largo plazo sobre cuáles son y serán las necesidades de los ciudadanos en aspectos de movilidad y transporte.
El Deloitte City Mobility Index recoge las tendencias en movilidad urbana inteligente. Las formas de transporte activo, como aceras y carriles para bicicleta, tránsito público… En definitiva, cómo podría desarrollarse el futuro de la movilidad.
Este informe analiza los sistemas de movilidad de 47 ciudades seleccionadas según su distribución geográfica, tamaño, población y niveles de desarrollo económico.Laciudad de Barcelona aparece en el sexto lugar de un ranking que lideran Singapur, Berlín, Londres, Helsinki y Tokio.
Ciudades con altas densidades de población, como Londres, Singapur y Berlín disponen de un sistema de transporte público eficiente. Por otro lado, el transporte público de ciudades con grandes áreas geográficas, como Nueva York y Chicago, funcionan mejor dentro de los límites urbanos que en la periferia.
La falta de integración, coordinación y gobernanza efectiva entre los reguladores y las empresas de transporte provoca que la movilidad en estas ciudades se ve afectada y que aún tenga mucho camino por recorrer.
Además, a lo largo de estos últimos años, a medida que las ciudades crecen y aumentan los precios de la vivienda, muchas familias jóvenes comienzan a mudarse a los suburbios, a pesar de trabajar en la ciudad.
Esta falta de entendimiento entre los gobiernos municipales y las empresas privadas de transporte provoca que estas familias tengan que usar el coche para moverse diariamente, un hecho que perjudica gravemente a la contaminación, la congestión y al estacionamiento e incluso a sus economías.
Por tanto, es fundamental que los reguladores comiencen a explorar soluciones innovadoras que faciliten los sistemas de transporte: estacionamiento y emisión de billetes inteligentes, pagos integrados, sistemas de tránsito inteligentes y la creación de infraestructuras para vehículos eléctricos son algunas de las innovaciones que necesitan de esa cooperación entre las instituciones y proveedores para conseguir la integración de las nuevas tecnologías en las ciudades.
El transporte activo, aquel que requiere esfuerzo físico (caminar, bicicleta, patinete...), sumado al uso del transporte público son dos medidas recomendades que permitiran a las ciudades reducir factores como la congestión, la contaminación y la accidentalidad. Las soluciones de Mobility as a Service, por las que los usuarios de un vehículo pagan por el tiempo de su uso en lugar de su propiedad, es otra de las formas de movilidad que mejoran la calidad de la movilidad de las ciudades.
Además, es fundamental superar las barreras culturales que viven las ciudades, un factor particularmente desafiante para todos los actores de este ecosistema y que refuerzan la percepción del coche frente al uso del transporte público.