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Desde que Chile inició su apertura al mundo fomentó los intercambios comerciales y las inversiones, son muchos los países que le tendieron la mano en este camino, le abrieron paso y se interesaron por sus oportunidades.

Hoy después de casi 40 años estos están en la categoría de socios comerciales y los menos suman la condición de estratégicos. Sin dudarlo, España, es uno de los más próximos, particularmente en el apartado de ingreso de capitales, en lo comercial hasta 2019 estaba entre los que más exportaban e importaban bienes y servicios y un aliado muy cercano en sus relaciones con la Unión Europea y en la Alianza del Pacífico.

Revisando las cifras de la inversión extranjera directa (IED) de empresas españolas en el mundo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que incluyen a más de 160 naciones, nos encontramos con que Chile figura entre los diez primeros destinos, lo invertido alcanza a los 26.797.859,56, en "flujos de inversión bruta en miles de euros" y no incluye operaciones de Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros (ETVE).


La lista la encabeza el Reino Unido, seguida de Estados Unidos, Países Bajo, Brasil, México, Argentina Francia, Alemania, Portugal y Chile. Probablemente, si atendemos a la población de cada uno, en términos per cápita, dejaría a los Países Bajos al frente, seguido de Portugal, Reino Unido y Chile.

Si miramos la presencia de España en Latinoamérica, sus compañías tienen actividad en algo más de 20 destinos. El mayor stock de caudales hispanos fuera de la Unión Europea la encontramos en esta parte del atlas. Un dato significativo son las contribuciones fiscales anuales que estos emprendimientos ingresan en las arcas del conjunto de haciendas locales en épocas más sosegadas que las actuales, superan los 40 mil millones de euros. A contrario sensu, en 2018 el stock de recursos latinoamericanos en España representaba un 15% del total de la IED directa y subiendo.

En Chile el número de sociedades en marcha debe estar próximo a las 1.500. Una gran mayoría son pymes, llegaron acompañando a las grandes y multinacionales, una vez allí decidieron quedarse. Las fórmulas empeladas han sido múltiples. Las hay chilenas de capitales españoles, hay filiales, sucursales, agencias y existen asociaciones con nativos, en donde son mayoritarios o minoritarios. Se han unidos en consorcios o UTE, para acudir a licitaciones públicas o privadas en el mismo territorio u otro diferente.


No hace tanto, decíamos que el 7% de la fuerza de trabajo chilena lo hacía en corporaciones controladas por capitales ibéricos. O que el 5% de la recaudación tributaria nacional proviene de entidades con participación hispánica.

Pocos días atrás, en un seminario virtual “La Inversión Española en Chile”, organizado por la Cámara de Comercio Oficial de España en Chile con motivo de su centenario, informaban que en la cartera de proyectos gestionada por Invest Chile subía hasta las 475 propuestas, valoradas en 18.763 millones de dólares, de estas 56 corresponden a entidades españolas.

Uri Levine, israelí y cofundador de Waze, recomendaba a los emprendedores chilenos refiriéndose a la estrategia de seleccionar mercados a donde ir, decía “en la mayoría de los casos, cuando logran el éxito en Santiago se preguntan ‘¿a dónde voy ahora?’ y en muchos casos la respuesta es Buenos Aires o Lima. Entonces la empresa se construye como una compañía regional y no global. Y cuando piensan en salir de Latinoamérica ya han pasado cinco años o más y pasan dos cosas: el ADN de la empresa es local, no global; y probablemente hay más competidores en otros grandes mercados. Así que, si quieres ser global, después de Santiago anda a Madrid, o San Diego, o Miami, a lugares que estén fuera de la región”. Cada vez son más las firmas venidas desde Chile a España, las hay de todos los tamaños.


La comparecencia española seguirá intensificándose a lo largo de Latinoamérica, los empresarios íberos son conscientes de las ventajas y recursos subyacentes susceptibles de ser empleados, el idioma y la cercanía cultural ayuda, aunque los códigos y protocolos usados son muy distintos, es posible lograr alianzas asociándose.

Algo que no se conoce bien y se usa de forma limitada por los inversores españoles en sus contactos es la condición de España como miembro de la Unión Europea, y los alcance que esto pudiera tener si se forjan relaciones directas en materias comerciales o de inversión. Esto no se da tanto entre mandos públicos, estos sí saben el valioso papel que juega Hispania, de cara a conseguir grandes pactos con el resto de integrantes de la Unión Europea.

Acabamos recodando las invitaciones que están sobre la mesa para ser impulsadas: producción de hidrógeno verde la energía del mañana, permite su almacenamiento e interactúa con las renovables. La extracción y transformación de litio y cobre. Infraestructuras y viviendas que sigan proporcionado una mejor calidad de vida. Mirando al presente inmediato Chile necesita insertarse en las nuevas tecnologías y ser parte activa del cambio digital, de ahí que siempre requiera nuevos conocimientos, innovaciones, ideas para emprender.

España, sus instituciones y empresarios, son indispensable ahora y en el futuro para continuar caminando hacia el desarrollo de Chile y demás pueblos del continente, como, también, los chilenos desean contribuir al crecimiento de los españoles, los lazos y vínculos son fuertes.

Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L., Consultoría de Internacionalización de Empresas a Chile