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“El único atributo que necesita el CEO del futuro para triunfar es la curiosidad. De la curiosidad se deriva (…) el aprendizaje y las nuevas ideas. En negocios que están cambiando muy rápidamente, si no eres curioso, si no aprendes, si no tienes nuevas ideas, vas a tener un problema real”
(Michael Dell, presidente y CEO de Dell)

Como todos los años, acabamos de presentar en Davos (Suiza), durante las sesiones del World Economic Forum, la tradicional encuesta de PwC de los CEO mundiales. Los resultados del estudio muestran cierto empeoramiento del clima de opinión sobre la economía mundial (el 37% espera que haya más crecimiento, frente al 44% de 2014), mientras se mantiene estable la confianza en la actividad de las empresas.

En el caso de los CEO españoles, son algo más optimistas sobre la evolución de la economía y también mejoran bastante las expectativas para sus propias compañías. Un 35% de ellos (12 puntos más que el año anterior) consideran que sus ingresos crecerán en un año y un 63% confían en que lo harán en tres años, pero hay que tener en cuenta que el punto de partida era muy bajo.

Más allá de los porcentajes, lo que transpira la encuesta es desasosiego. Los altos directivos perciben que estamos en una etapa de grandes cambios y saben, o al menos sospechan, que el impacto sobre sus empresas va a ser muy perturbador. Los avances tecnológicos, en particular, están moviendo la tierra bajo los pies de la economía mundial. No hay más que leer por encima los medios de comunicación para darse cuenta del formidable impacto de la tecnología. Cosas que hace diez o cinco años ni siquiera existían (o no sabíamos que existían) están cambiando la faz de los negocios. ¿Quién sabía lo que era el fracking hace diez años? ¿Quién había oído hablar de Uber o de Siri o de la impresión en 3-D?

Pero todo eso está aquí, y ha llegado para cambiar el statu quo. Y como cambia la tecnología, cambian también los procesos, cambian los clientes, cambia la regulación, cambian los competidores, cambia el mapa geoeconómico… Bienvenidos, pues, a la era de la incertidumbre y la disrupción.

En esta vorágine de cambio permanente, los resultados de la encuesta de los CEO nos dicen que la mejor respuesta que pueden dar los directivos de las empresas son las habilidades del liderazgo: la visión estratégica, la flexibilidad, la adaptabilidad, las alianzas, la capacidad de comunicación… y la curiosidad. La cita que encabeza este post, firmada por Michael Dell, el presidente y fundador del fabricante de ordenadores Dell, podría inscribirse en el frontispicio de cualquier escuela de negocios. La curiosidad es, en efecto, el arma (poco) secreta del CEO contra la incertidumbre que nos rodea. La curiosidad te obliga a pensar y a preguntar, te abre puertas, te refresca las ideas, genera oportunidades y te permite en última instancia distinguir las tendencias de cambio real de aquellas otras que son simplemente el resultado de las modas o de las exageraciones. Y te lleva a la ruptura de inercias y a la acción.

Seamos, pues, abiertos, inquisitivos y curiosos. Ya que no podemos tener certezas sobre lo que va a pasar en el futuro inmediato, tengamos al menos la seguridad de que estamos bien preparados para afrontarlo.

Carlos Mas Ivars, presidente de PwC España

  • Por PwC
  • 26/01/2015