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El alcalde de Sevilla se marca como objetivo hacer de la ciudad andaluza un lugar accesible, sostenible e inteligente. Entre sus principales retos, Juan Espadas reconoce la necesidad de romper la brecha digital y seguir concienciando a la ciudadanía de la importancia del cambio climático y la gestión de residuos. Todo ello apoyado en las nuevas tecnologías, aunque siempre con el foco puesto en la ciudadanía.

Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030 se encuentra lograr que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.

¿Cómo le gustaría que fuese Sevilla en 2030?

¿Qué medidas va a abordar para conseguir que esa ciudad se haga realidad?

Quisiera ante todo que Sevilla fuera una ciudad equilibrada económica, social y medioambientalmente. Les pongo dos ejemplos concretos para explicar a qué me refiero. El primero atañe a la ampliación del tranvía desde el barrio de San Bernardo hasta la estación de trenes de Santa Justa. Este proyecto se enmarca en una doble estrategia: por un lado, una apuesta por la intermodalidad en el transporte, es decir, por facilitar el uso combinado de metro, tren, tranvía, autobús y carril bici, y por el otro, un impulso al transporte sostenible al contribuir a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, al tiempo que se desarrolla un modelo de ciudad verde, más sostenible y habitable. Este objetivo lo aplicamos al conjunto del proyecto y, por eso, a lo largo de su recorrido, habrá nuevo arbolado y más áreas de sombra que amortigüen las elevadas temperaturas y generen un entorno más saludable para vecinos y vecinas y, por extensión, para el conjunto de la ciudad. Es el mismo esquema de trabajo que el aplicado a la Avenida del Greco: sobre la necesaria renovación de redes de abastecimiento y saneamiento de aguas, aprovechamos el proyecto para la reurbanización del entorno siguiendo parámetros medioambientales, paisajísticos, saludables.

El segundo ejemplo consiste en transformar unas antiguas naves de Renfe en el barrio de San Jerónimo en un centro de innovación abierta con el respaldo de grandes grupos tecnológicos pero enfocado principalmente a los emprendedores y con financiación europea a través de los fondos FEDER. En este caso, al tiempo que propiciamos la puesta en valor de nuestro patrimonio, impulsamos el desarrollo económico y social de la zona Norte de Sevilla, que tiene especiales necesidades en este sentido, a la vez que contribuimos a la diversificación económica, la atracción de talento y el desarrollo de la industria de las nuevas tecnologías. Estos dos ejemplos resumen ese concepto de equilibrada al que me he referido. ¿Cómo hacerla realidad? En primer lugar, con un análisis crítico de nuestras fortalezas y debilidades, valorando cómo estamos de cara al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, porque estoy convencidísimo de que clave del desarrollo sostenible radica en las ciudades, en el municipalismo.

“La sostenibilidad impregna ya los contratos públicos del Ayuntamiento de Sevilla”.

De hecho, el pasado noviembre celebramos en Sevilla el I Foro Global de Gobiernos Locales, donde estuvieron representados casi 70 municipios de 4 continentes, y cuyos objetivos principales eran trabajar en la búsqueda de soluciones comunes en materia de sostenibilidad, inclusión social, ciudades inteligentes, turismo digital… y compartir experiencias de éxito. En segundo lugar, hemos sometido a revisión el Plan Estratégico de Sevilla 2020-2030 para abordar el desarrollo económico desde el punto de vista de la sostenibilidad, y con especial énfasis en la diversificación de la actividad empresarial y la reindustrialización local y, por tanto, auspiciando un cambio en el modelo económico. Y en tercer y último lugar, asumir en todas y cada una de las áreas municipales el concepto de la sostenibilidad: movilidad sostenible, eficiencia energética, economía circular… Sostenibilidad que impregna ya los contratos públicos del Ayuntamiento de Sevilla y sus organismos autónomos y empresas públicas, al establecerse una serie de cláusulas medioambientales y sociales al valorar las ofertas y adjudicar los contratos.

El Ayuntamiento lanzó a principios de año el proyecto ‘Sevilla Smart Accesibility, Tourist and Events’, que tiene como objetivo mejorar la accesibilidad, movilidad y turismo y modernizar la administración.

¿Cuáles son las prioridades del proyecto y qué tecnologías se van a emplear?

El proyecto ‘Smart Accesibility, Tourist and Events’ se plantea como un proyecto transversal que afecta a todas las delegaciones y a todos los servicios municipales, si bien se centra en cuatro grandes líneas de actuación: la accesibilidad, la gestión integral de eventos y servicios, la movilidad y el turismo.

La accesibilidad será la línea principal. Se está desarrollando una nueva herramienta que permitirá que tener un sistema geolocalizado y detallado de toda la capital sevillana. En concreto, arrancará con un 40 por ciento del territorio, que se irá ampliando progresivamente, y contempla un mapa digital que tendrá detectada cada barrera arquitectónica y cada espacio público en función de los distintos niveles de accesibilidad. Esta herramienta ofrecerá rutas accesibles al ciudadano para desplazarse de un punto a otro que estarán personalizadas en función de las necesidades del usuario y le indicarán los medios más adecuados para ir de un punto a otro de Sevilla; permitirá recibir las peticiones y los problemas de accesibilidad que encuentra cada persona en su día a día para poder intervenir a continuación; y, por último, incentivará a espacios de titularidad privada a incorporarse a este sistema. En suma, facilitará una radiografía de la accesibilidad en la ciudad completamente actualizada a disposición de la población, y que complementa la estrategia municipal de eliminación de barreras arquitectónicas.

La segunda línea de actuación del proyecto de Smart City se centra en la gestión de los eventos y de la respuesta al ciudadano. Así, se creará aportando un nuevo cauce de relación con el Ayuntamiento a través de una App personalizada y se pondrá en marcha un sistema para coordinar todas las redes y los servicios municipales ante los eventos o ante la detección de incidencias, a las que poder dar la respuesta más adecuada y ágil posible, reduciendo, por tanto, los tiempos de actuación.

Con respecto a la tercera línea de trabajo, se van a ampliar las infraestructuras inteligentes que ya está desplegando el Ayuntamiento para la gestión y mejora de la movilidad urbana, avanzando en aspectos como cámaras de vídeo sobre los semáforos con capacidad para conteo de vehículos, medición de ocupación, detección de colas, detección de giro prohibido y detección de sentido contrario. A esto se sumará una central con tecnología abierta para calcular planes de movilidad según el estado del tráfico.

“En Sevilla hemos comenzado ya a pasar del concepto Smart City a la realidad Smart City”.

Por último, también se va a poner en marcha una herramienta diseñada para el turista. Para ello, la ciudad va a contar con 5 tótems ubicados en puntos turísticos y de atención al visitante como son el Palacio de Congresos y Exposiciones, el Centro de Atención Integral al Turista de Marqués de Contadero, toda la zona declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, Triana y la Plaza de la Encarnación. Serán plataformas de recepción y de difusión de contenidos para el turista con pantallas táctiles que ofrecerán información actualizada y un servicio personalizado. Desde el inicio del actual mandato planteamos como uno de nuestros objetivos principales el de avanzar hacia un modelo de Smart City con proyectos de innovación y modernización de la ciudad y de los servicios que se prestan desde el Ayuntamiento de Sevilla. Creo que estamos ya viendo sus frutos. Avanzamos.

¿Cómo aborda su ciudad el concepto de Smart City?

¿Qué medidas cree que hay que adoptar a corto plazo para que Sevilla sea una Smart City?

En Sevilla hemos comenzado ya a pasar del concepto Smart City a la realidad Smart City, y eso es posible poniendo el foco en solucionar problemas y necesidades reales de los ciudadanos y con soluciones prácticas. Y estas son precisamente las medidas a corto plazo que aplicamos. Con resultados tangibles. Volvamos a los ejemplos, así entenderemos mejor a qué me refiero. De sobra es conocida la importancia de nuestra Semana Santa y las complejas cuestiones de gestión urbana que comporta. Desde el Ayuntamiento hemos impulsado un proyecto pionero de Smart City aplicado que incluye un sistema de iluminación especial graduable y mecanismos de control de afluencia de personas, entre otras medidas.

Esta experiencia piloto surge de la colaboración público-privada con cuatro grandes empresas: Bosch, Telefónica, Cisco y Ferrovial. Se eligió una de las principales citas de Sevilla y en las que mayor concentración de público se produce, la Semana Santa, con el objetivo de que esta experiencia sirviera para la mejor gestión coordinada de lo que ocurre en el espacio urbano y con la intención de probar este proyecto pionero en el tratamiento de datos. Otro ejemplo, el proyecto ‘Smart Accesibility, Tourist and Events’ del que ya hemos hablado, y que reportará especiales beneficios para las personas con diversidad funcional. Un tercer ejemplo, la programación para extender las instalaciones de wifi en todos los centros cívicos, sedes de distritos y bibliotecas municipales, propiciando que lleguen a todos los barrios y ciudadanos las nuevas tecnologías. Un cuarto, el portal municipal de Open Data para que los ciudadanos tengan acceso directo a todo lo que se lleva a cabo desde el Ayuntamiento de Sevilla, que por cierto ha sido reconocido recientemente entre los 10 primeros a nivel nacional. Y un quinto: el desarrollo de aplicaciones móviles (APP) para profundizar el conocimiento de los monumentos que son Patrimonio Mundial por la Unesco, conocer la agenda y la oferta de ocio alternativo para nuestros jóvenes o conocer cuánto queda para que llegue el autobús urbano de Tussam o en qué aparcamiento cercano hay plazas libres.

Estas iniciativas a corto no quitan para que concibamos estrategias de futuro, y aquí cabe enmarcar, por ejemplo, el diseño de la Estrategia de Especialización Inteligente (RISS3) para Sevilla y su área metropolitana, definiendo aquellos sectores productivos con mayores posibilidades de ser competitivos y, por tanto, de generar más economía y empleo, al tiempo sumar los esfuerzos de los diversos municipios para que surjan proyectos comunes que puedan optar a financiación europea.

Una de las características comúnmente señaladas de estas ‘ciudades del futuro’ es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para conocer los comportamientos de sus ciudadanos y así mejorar el tratamiento de residuos, alumbrado, gestión de tráfico…

¿Está realizando Sevilla medidas en este sentido?

¿Qué tecnología le parece más útil para ayudar al mejor funcionamiento de la ciudad?

En la estrategia Smart City de Sevilla hay proyectos circunscritos a seis conceptos: Smart Enviroment (es el entorno inteligente y medio ambiente), Smart Mobility (movilidad), Smart Governance (gobernanza), Smart Living (calidad de vida), Smart People (capital social y humano) y la Smart Economy (economía y emprendimiento). En Smart Enviroment, que se centra en la gestión eficiente y sostenible de los recursos de una ciudad y engloba los ámbitos de energía, agua, medio ambiente urbano y gestión de residuos, tenemos por ejemplo el Proyecto AMICO para la telelectura inalámbrica de contadores de agua, el Proyecto Centro de Control Emasesa, para procesos en tiempo real y operación remota de las instalaciones, el Proyecto EWAS, que son rutas eficientes para la recogida selectiva del vidrio y residuos soterrados de la empresa municipal de limpieza Lipasam; el Proyecto AquaWS, o sistema integral de clientes, redes y obras de Emasesa y atención multicanal y en movilidad; el Proyecto Smart Fountain FUENTE-E project, de monitorización de las fuentes ornamentales, o el Proyecto DAREED, que es una plataforma de gestión energética de un distrito y también de los edificios del Ayuntamiento de Sevilla.

“La tecnología más útil será la que contribuya más a la mejora de los servicios municipales y la optimización de los recursos”.

En Smart Living, que tiene como objetivo incrementar la calidad de vida de las personas y recoge los ámbitos de salud, educación, cultura y ocio, asuntos sociales, seguridad y emergencias, urbanismo y vivienda e infraestructura pública y el equipamiento urbano, tenemos por ejemplo las reservas online de instalaciones del IMD, Instituto Municipal de Deportes, la iniciativa llamada ‘Sevilla a tu ritmo’ (de Sevici) o las aplicaciones móviles, APP, de Tussam y de otras áreas municipales, como la de Movilidad. Y en Smart People, tenemos, por ejemplo, los servicios del 072 REUR (para una respuesta rápida ante incidencias) y 010 (información directa al ciudadano). En todos estos casos, el trasiego de información sobre los comportamientos de los ciudadanos lógicamente contribuye a planificar mejor los servicios públicos. Un ejemplo muy concreto: a través del rastreo anónimo de teléfonos móviles conseguimos conocer el comportamiento de los turistas que vienen a la ciudad: por dónde se mueven, qué zonas visitan más… Eso fue básico para sostener con datos nuestra apuesta por impulsar el turismo en Triana, que según ese rastreo era el barrio más visitado de Sevilla tras el Casco Antiguo. En cuanto a la pregunta de qué tecnología es más útil, sólo puedo responder que depende de cada caso y que siempre será aquella que contribuya más a la mejora de los servicios municipales y a la optimización de los recursos.

El año pasado, durante su viaje a Estados Unidos se reunió con directivos de Google y ofreció la posibilidad de realizar acuerdos de colaboración para facilitar determinados espacios controlados a modo de ‘laboratorio’ sobre los que probar algunas herramientas de innovación.

¿Se ha producido alguna prueba?

¿Qué herramientas de innovación de las que van surgiendo le parece más útil para la ciudad de Sevilla?

Existe ya colaboración entre la compañía Google y el Ayuntamiento en varios programas, si bien centrados principalmente en el apoyo a los emprendedores sevillanos en materia de nuevas tecnologías y, en general, en el marco del desarrollo de la Smart City. Así, cabría citar el programa GoApp, por el que emprendedores definen soluciones tecnológicas en formato móvil vinculando iniciativas de economía circular con la creación de empleo en la ciudad a través del impulso de nuevos negocios y fomento del emprendimiento y la economía social, la transformación de negocios ya existentes, iniciativas de formación y sensibilización para desempleados o herramientas de gestión para las entidades que conforman la economía social. De ese programa, del que participaron emprendedores de toda España, resultó elegida la iniciativa de Ciclogreen denominada ‘Llovoi’, que trabaja la distribución logística de paquetes empleando a personas con discapacidad.

En el ámbito de la eliminación de la brecha digital, Google trabaja también en nuestra ciudad a través del programa Actívate y la iniciativa Genios, a través de la cual enseñan programación a los más pequeños, aunque con especial hincapié en las niñas, en colaboración con Ayuda en Acción. Seguir trabajando en ambos objetivos, impulsar el emprendimiento y superar la brecha digital, centró las reuniones que mantuve con directivos de Google desde la central de Silicon Valley, donde ofrecí especialmente el PTC (Parque Científico y Tecnológico) Cartuja para reforzar la colaboración y la inversión. En ello seguimos trabajando.

Otro atributo de las Smart Cities es el cambio hacia la gobernanza pública (Smart Governance), basada en la participación ciudadana, la transparencia y la instauración de un gobierno más abierto.

¿Cómo pueden las ciudades garantizar la participación de todos los ciudadanos en la toma de decisiones?

¿Qué tipo de decisiones cree que deberían ser tomadas por los sevillanos?

¿Cree que es importante recurrir a las tecnologías para conocer el grado de satisfacción de los sevillanos con su ciudad?

Sólo la eliminación de la brecha digital puede garantizar realmente la participación ciudadana en esa toma de decisiones. La Smart Governance está encaminada hacia un gobierno abierto y transparente y que se apoya en la tecnología para conseguir calidad y eficiencia en sus servicios y actividad, y engloba los ámbitos de planificación estratégica, información geográfica de la ciudad, administración digital, transparencia y participación. Eso dice la teoría, y en el caso de Sevilla se ha materializado o se materializa en la participación en el Plan Estratégico 2020-30, el programa específico EDUSI (Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado) para las zonas Norte y Macarena, el Portal de Transparencia y Open Data, el portal Bussiness Intelligence de Emasesa, las distintas sedes electrónicas,…

“Sólo la eliminación de la brecha digital puede garantizar realmente la participación ciudadana en esa toma de decisiones”.

Para el equipo de gobierno, la participación ciudadana en sus decisiones es estratégica pues, al fin y al cabo, estamos al servicio de la ciudadanía y de sus peticiones. Una participación que tratamos de abordar para asuntos de gran relevancia para el día a día de nuestros ciudadanos, y aquí puedo hablar del Programa Reaviva de inversiones en los barrios por el cabe la participación presencial y digital para diseñar con los vecinos y vecinas proyectos que mejoren el uso del espacio público, los itinerarios peatonales y la sostenibilidad, cuestiones de menor envergadura como el diseño de las fuentes de agua de Emasesa para ubicar en calles y plazas o temas de gran relevancia social y económica para la ciudad como fue la ampliación de la Feria de Abril de sábado a sábado. Las tecnologías, en efecto, nos permiten no sólo testar la opinión, sino también canalizar la participación.

Dentro de la Smart Governance también se enmarca la administración electrónica de las ciudades, para llegar a una gestión sin papeles (paperless) y a una mayor transparencia.

¿Qué supone un mayor reto: implantar la administración electrónica o formar a la población para que utilice estos medios?

Sin duda alguna, romper la brecha digital es el mayor reto. De hecho, en este ámbito estamos realizando, tanto por iniciativa propia municipal como en colaboración con la Junta de Andalucía e incluso recurriendo a fondos europeos, actuaciones en todos los distritos y centros cívicos de la capital sevillana para acercar las nuevas tecnologías a los colectivos que, debido a dificultades económicas, lo tienen más complicado, entre ellos los desempleados. Es más, en los itinerarios personalizados de inserción laboral emprendidos con entidades del tercer sector, entre ellas las ONG, en zonas de transformación social con elevados niveles de desempleo estructural, el acceso a las nuevas tecnología es, por así decirlo, un temario obligado. El trabajo por la democratización del uso de las tecnologías es constante en este Ayuntamiento y, además es una obligación para las administraciones públicas dado que la competencia digital es una necesidad universal y básica para que los ciudadanos y las ciudadanas puedan vivir y trabajar y lo será aún más en los próximos años, pues no en mucho tiempo la mayoría de los puestos de trabajo requerirán algún nivel de competencia TIC.

“La competencia digital es una necesidad universal y básica para que los ciudadanos y ciudadanas puedan vivir y trabajar”.

Además de la superpoblación de las ciudades, la tendencia demográfica es la del envejecimiento de la población y la progresiva reducción de la natalidad. Esto supone un progresivo envejecimiento de la edad media de la población de las ciudades. Según la OECD, en 2050 más del 30% de la población española tendrá más de 65 años.

¿Cuáles son los principales retos que supone el envejecimiento de la población para una ciudad como Sevilla?

Creo que los retos del progresivo envejecimiento de la población en la ciudad de Sevilla no son distintos de los del resto de ciudades españolas. Son generales, no específicos de un territorio concreto. Por un lado, el impacto económico que implica ese envejecimiento poblacional. Por otro, la necesidad de impulsar una sociedad más solidaria e integradora. Y, por último, propiciar la participación activa de nuestros mayores. En Sevilla la proporción de mayores de 64 años era 18,76 de cada 100 en 217, y de 17,55 en 2013. El índice de envejecimiento ha pasado en este tipo de 108,78 a 116,86 por ciento, y la edad media, de 41,53 a 42,65 años. No son datos que difieran del resto de las grandes capitales españolas, aunque la preocupación es la misma.

Con respecto a los tres retos mencionados, los que más atañen a mi ciudad son una sociedad más solidaria e integradora y la participación activa de nuestros mayores. Desde el Ayuntamiento tenemos programas de participación activa de nuestros mayores en todos los centros cívicos de todos los distritos y en nuestras instalaciones deportivas, y es creciente además la instalación de aparatos biosaludables en parques y plazas y programas específicos de rutas y paseos. Nuestro programa de subvenciones ‘Sevilla Solidaria’, asimismo, tiene entre sus prioridades los proyectos presentados por entidades sin ánimo de lucro centrados en el envejecimiento activo, el acompañamiento a nuestros mayores y las iniciativas de convivencia intergeneracional, ámbito este último que también abordamos con experiencias del Banco del Tiempo. En cuanto a la dependencia, complementamos el servicio de asistencia a la dependencia de otras administraciones con recursos propios municipales. Son algunos de los ejemplos de cómo abordamos el envejecimiento poblacional desde el ámbito de nuestras competencias.

Uno de los mayores problemas de las ciudades es la contaminación, más teniendo en cuenta la adhesión de España al Acuerdo de París. De hecho, usted se ha incorporado recientemente al Consejo de Gobierno del Pacto Europeo de Alcaldes por el Clima.

¿Cuál es el papel de las ciudades en la consecución de estos objetivos?

¿Qué medidas deben adoptar las ciudades europeas a corto plazo si se quieren cumplir los objetivos?

El cambio climático es uno de los grandes retos que tenemos por delante y no podemos perder más tiempo. Debemos cumplir el sueño el acuerdo de París y existe ya una clara voluntad política en las ciudades de conseguir impulsar proyectos que requieren financiación y estrategias coordinadas en algunas materias fundamentales, como es el transporte público, la eficiencia energética y la reducción de los residuos y la valorización de los mismos a través de un modelo de economía circular y verde. Las ciudades son epicentro del problema y han de ser el epicentro de la solución. ¿Por qué aseguro que existe voluntad política? Por un lado, hace ahora justo un año se firmó la llamada ‘Declaración de Sevilla’ por la economía circular como clave para el cambio de modelo productivo y de lucha contra el cambio climático, y a día de hoy 209 entidades locales del país que suman 12,16 millones de habitantes la han suscrito, un número que grosso modo, supone más de la cuarta parte de la población española. Y esto, insisto, se ha conseguido en tan solo año.

“Las ciudades son epicentro del problema del cambio climático y han de ser el epicentro de la solución”.

Y, por el otro, el I Foro Global de Gobiernos Locales celebrado en la capital hispalense en noviembre pasado, con cerca de 150 delegados de gobiernos e instituciones de todo el mundo, y cuyo objetivo fundamental es engendrar una red global de municipios que trabajen en la búsqueda de soluciones comunes en materia de sostenibilidad, lucha contra el cambio climático, inclusión social, ciudades inteligentes y turismo digital. En cuanto a qué medidas, deben adoptarse en las ciudades a corto plazo, creo que la primera y básica es impulsar la concienciación de la ciudadanía y de las empresas con un mensaje tremendamente claro: nuestro planeta no aguanta más.

En este punto también tiene un papel muy importante el transporte. El Ayuntamiento inició la elaboración del Plan de Movilidad Urbana Sostenible que estará basado en encuestas y big data y que verá la luz a principios de 2019.

¿Podría comentar alguna de las conclusiones de las encuestas y los datos recabados hasta el momento?

¿cómo planea incentivar el uso de medios de transporte no contaminantes?

La consultora especializada contratada al efecto está en estos momentos realizando un trabajo de campo de gran envergadura, con nada más y nada menos que 47.000 encuestas. No es posible adelantar conclusiones. Pero sí tenemos muy claro que, en nuestro firme compromiso con la movilidad urbana sostenible, las estrategias municipales en Sevilla pasarán inequívocamente por la intermodalidad, el transporte público, la bicicleta, los itinerarios a pie y los vehículos eléctricos e híbridos. En suma, caminar hacia una movilidad urbana que permita una sustancial reducción en el uso de combustibles fósiles y, por tanto, una gran contribución al medio ambiente y a la lucha contra el cambio climático que, por cierto, y esto es también importantísimo, no es sólo medio ambiente, sino es también salud para las personas.

Según datos de Naciones Unidas, las ciudades ocupan apenas el 3% del planeta pero representan entre el 60 y 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.

¿Cuál es el punto de partida de Sevilla en materia de eficiencia energética?

Nuestra estrategia municipal se define fundamentalmente en el desarrollo del PACES, o Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenibles de Sevilla, que fue aprobado por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento, el Plan para la Movilidad Urbana Sostenible en la Ciudad de Sevilla, que en estos momentos está en elaboración con un claro compromiso con la movilidad urbana sostenible (transporte público, bicicleta, itinerarios a pie, vehículos eléctricos e híbridos), y el despliegue de iniciativas vinculadas a los acuerdos del Pacto de Alcaldes de París. Contamos, además, con más de 8,3 millones de metros cuadrados de parques, zonas verdes y espacios públicos y 180 kilómetros de red de carriles bici. Existen bonificaciones en las Ordenanzas Fiscales Municipales, tanto en el IBI como en el IAE, para la instalación de energías limpias en edificios y empresas. El Ayuntamiento, asimismo, dispone de su propia Agencia de la Energía y para la Sostenibilidad de Sevilla que gestiona las bonificaciones fiscales en materia energética, otorgar la calificación y certificación energética, y definir y gestionar el Plan de Optimización Energética Municipal (POEM).

Nos hemos dotado, además, de un Plan Director de Innovación Social para el Empleo, cuya vigencia se extenderá hasta 2020 y donde los nichos de mercado vinculados a la eficiencia energética son fundamentales, sobre todo en cuanto al fomento de las energías renovables en la nueva vivienda y la rehabilitación de viviendas. Y, por último, todas nuestras empresas municipales tienen sus propios planes de eficiencia energética, en especial vinculada a la progresiva sustitución de los combustibles fósiles, la apuesta por la movilidad eléctrica o la propia producción de electricidad a través de paneles fotovoltaicos. Por tanto, tenemos una arquitectura bien armada para reducir las emisiones de dióxido de carbono y cumplir nuestros compromisos internacionales. Aunque la cuestión del clima es una cuestión global, sí he de precisar que la ciudad de Sevilla, salvo en momentos puntuales, en especial en verano ante las elevadas temperaturas y la presencia de ozono, la contaminación atmosférica actualmente no es un problema grave.

“Debemos hacer ver a los ciudadanos que no sólo hablamos de reciclaje, sino también de reutilización de espacios públicos”.

Otro de los problemas que será necesario abordar para alcanzar una ciudad sostenible e inteligente es la generación de residuos.

¿Qué cree que es necesario priorizar: generar menos residuos, reciclar o establecer un mejor sistema de recogida y tratamiento?

Minimizar, reutilizar, reciclar y tratar. Este sería el orden óptimo. En cuanto a la concienciación ciudadana, aquí hay que poner mayor énfasis, va calando, pero aún es lluvia fina. Cuando cada municipio tenga su estrategia local de economía circular y cuando la gente constate realmente que este modelo, además del lógico respeto medioambiental, conlleva una oportunidad económica y laboral, entonces la respuesta ciudadana será aún mayor. Debemos hacer ver a los ciudadanos que no sólo hablamos de reciclaje, sino también de reutilización de espacios públicos, de gestión integral del agua, de ahorro de energía, de inclusión social y de empleo.

Patricia Alfaro