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La falta de unidad de acción entre empresarios y sindicatos, el envejecimiento de la población y las ineficiencias del sistema educativo son tres de los grandes desafíos a los que se enfrenta la economía de País Vasco en los próximos años. Estas son las conclusiones del informe Temas candentes de la economía vasca, elaborado por PwC a partir de las aportaciones de más de 150 presidentes, consejeros delegados y máximos ejecutivos de empresas vascas. El documento analiza, además, el estado de la cuestión en aspectos como la fiscalidad, el emprendimiento, el entorno político e institucional, las infraestructuras, la red empresarial, la Industria 4.0 y la coyuntura internacional. El estudio ha sido presentado hoy en el museo Guggenheim de Bilbao por el presidente de PwC en España, Gonzalo Sánchez, y el socio responsable de la firma en el País Vasco, Ricardo Celada. El acto ha sido clausurado por la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia.

Por un nuevo marco de relaciones laborales

La mayoría de los participantes en el informe coincide en que la principal carencia de la economía vasca es la inexistencia de una unidad de acción y coordinación entre los distintos estamentos de la sociedad. Falta de entendimiento entre empresarios y sindicatos, entre el sistema educativo y las necesidades del mercado laboral, entre las distintas administraciones públicas, entre las redes de transportes y entre la investigación universitaria, los centros tecnológicos y las unidades de innovación de las empresas. Una falta de

entendimiento que se ha convertido en un lastre que dificulta la toma de conciencia y el abordaje de los verdaderos problemas de la economía del País Vasco.

En el ámbito laboral, un 89% de los directivos encuestados cree que es necesario redefinir el actual marco de relaciones laborales e introducir medidas que le den mayor flexibilidad y transparencia, así como ligar los salarios a la productividad. También preocupa que el País Vasco sea el territorio que arroja las tasas de absentismo laboral más altas de todo el Estado, lo que supone una pérdida comparativa de competitividad.

Los presidentes, consejeros delegados y directivos consideran que el País Vasco tiene un problema demográfico grave. Así lo asegura el 70% de los encuestados. La tasa de envejecimiento de la población es casi el doble que el índice de juventud, y en pocos años faltará personal para trabajar en los sectores industriales. Algunas estimaciones empresariales apuntan a que dentro de diez años el déficit de trabajadores superará los 100.000. Para hacer frente a esa situación, se plantea la extensión del sistema vasco de Formación Profesional dual ya que, aunque el alumnado de FP ha crecido un 25% durante los años de la crisis, todavía resulta insuficiente para atender las necesidades del tejido productivo. También se sugiere el desarrollo de políticas formativas que permitan acoger a personas inmigrantes e integrarlas en un sistema de formación en oficios vinculados a la industria.

La cuestión demográfica

Un sistema educativo ineficiente

Los directivos son críticos con el sistema educativo y la inserción de los estudiantes en el mundo laboral, porque consideran que el modelo actual no incentiva ni desarrolla actividades fundamentales para trabajar en una empresa, como el trabajo en equipo o las habilidades comunicativas. Un 59% cree que se debe favorecer la adquisición de habilidades instrumentales necesarias en el mundo laboral y un 54% estima necesario reforzar la vinculación entre las universidades y los centros de formación con las empresas.

El documento también pregunta a los máximos ejecutivos sobre el Concierto Económico Vasco y, aunque su visión es positiva, se considera que hay margen de mejora y que ha llegado el momento de actualizar algunas de sus figuras, (como los impuestos indirectos, el Impuesto sobre Sociedades y la tributación sobre las exportaciones), con el fin de reforzar la estructura económica y potenciar la competitividad.

Para los empresarios el tipo de gravamen del Impuesto sobre Sociedades debería reducirse y aproximarse a la media europea, o situarse algo por debajo, con el fin de ganar en competitividad y atraer inversiones. También consideran que en el País Vasco no existe un auténtico debate sobre política fiscal y que el complicado entramado institucional y político dificulta avanzar en esta materia.

Capital humano y educación

La digitalización y la transformación tecnológica -la llamada Industria 4.0- de las compañías vascas es otro de los retos relevantes que señalan los directivos y empresarios que han participado en la elaboración el informe. El 60% califica como bajo o muy bajo el nivel de digitalización de sus compañías y señalan entre los principales obstáculos: la falta de una cultura digital en la compañía y de una visión clara y de apoyo a las operaciones digitales. Además, consideran que para afrontar el reto de la formación que plantea la digitalización es imprescindible una mayor involucración de las universidades y los centros tecnológicos.

Optimismo moderado

El empresariado vasco tiene una visión moderadamente optimista sobre la situación de la economía en la Comunidad Autónoma. Esta buena perspectiva se fundamenta en varias realidades objetivables: el País Vasco es una de las comunidades autónomas que más se aproxima a Europa en indicadores macroeconómicos clave, como el PIB por habitante, la deuda y la tasa de paro; cuenta con un índice de productividad por hora trabajada de los más elevados de Europa, y ocupa también un lugar destacado en el mundo según el Índice de Desarrollo Humano, que mide las condiciones de vida de los países. No obstante, la opinión dista de ser complaciente, ya que la mayoría percibe problemas estructurales que es necesario afrontar para mantener los niveles de prosperidad y bienestar que ha conseguido la sociedad vasca.