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Noruega vuelve a colocarse a la cabeza mundial de los esfuerzos por reducir la dependencia de las fuentes de energía no renovable al perfilarse un acuerdo para prohibir los coches de gasolina y diésel, pese a ser una de las principales naciones productoras de petróleo a nivel europeo.

Eso parece desprenderse de un posible acuerdo alcanzado recientemente entre las principales fuerzas políticas del país que busca prohibir la venta de coches de gasolina y diésel a partir de 2025, pasando a un modelo de combustibles alternativos y renovables.

En Noruega, más del 22% de la flota automovilística del país son coches con motor eléctrico. Eso la coloca a la cabeza, muy por encima de la media Europea en ventas de este tipo de vehículos (1.5% de acuerdo a las cifras de la Asociación europea de Manufacturadores de Automóviles ACEA) o de otros países como China o Estados Unidos (0.66% y 0.84%, respectivamente) a pesar de los aumentos en las ventas de vehículos de transmisión eléctrica en ambos países.

En España la venta de coches eléctricos va en aumento de acuerdo con datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles Turismos y Camiones (ANFAC), que cifra el total del share de mercado de coches híbridos y eléctricos en un 2,5%.

Esta propuesta es fruto de un acuerdo entre los cuatro principales partidos y supone un gran triunfo para el movimiento a favor de la conservación y el medio ambiente en este país. En 2015 el 69.2% de la energía consumida en nuestro país fue obtenida de fuentes de energía renovable de acuerdo con el estudio de la red REN21 de las Naciones Unidas.

La medida se une a las planteadas por otros países, con propuestas de prohibiciones a los coches de gasolina y diésel siendo debatidas a nivel parlamentario en la India o Países Bajos. Estos países tienen la mirada puesta en la próxima década (2020-2030) para sustituir sus parques móviles por otros menos dependientes de las energías fósiles, aunque la más ambiciosa es la iniciativa Noruega debido al acuerdo alcanzado.

En nuestro país existen también iniciativas en este sentido pero con un enfoque más local. Así, Formentera está planteando medidas concretas, como incentivar fiscalmente a los negocios que instalen puntos de carga, para convertirse en la primera isla de Europa por la que circulen únicamente vehículos eléctricos.

Para Francisco Roger, socio responsable del sector Automoción de KPMG en España, propuestas como las planteadas por Noruega o Formentera son fundamentales para permitir el despliegue paulatino de vehículos de “cero emisiones” en nuestras calles y carreteras, ya que solo con una apuesta decidida por parte de las administraciones públicas se puede ganar la batalle de la eco-movilidad.

De acuerdo al XVII Global Automotive Executive Survey de KPMG de 2016, un 55% de los ejecutivos del sector automovilístico consideran los coches de transmisión eléctrica pura como una de las principales áreas tecnológicas en las que invertir, únicamente por detrás del modelo híbrido, lo que refuerza la importancia que los vehículos eléctricos tienen en el sector.

Este informe destacaba además algunos de los problemas a los que se enfrenta la tecnología de transmisión eléctrica y que deberán superarse para que medidas como la que se ha acordado en Noruega puedan llevarse a cabo. Estos retos son la baja autonomía de los vehículos, infraestructura de recarga de vehículos fragmentada, tiempos de recarga dilatados y altos precios.

Noruega y otros países interesados en implementar medidas como la propuesta deberán trabajar para solucionar estos problemas a través de inversiones en infraestructura de recarga o mayores incentivos a la adquisición de los coches eléctricos, para animar al consumidor. No obstante, el creciente interés de la industria automovilística por los motores eléctricos promete un interesante futuro para esta tecnología.

Fernando Bajo Dasca >

  • Por KPMG
  • 15/06/2016