El cambio es el tránsito de un estado a otro diferente. En las organizaciones podría definirse como una serie de variaciones de tipo estructural, económico o tecnológico que provocan una variación en el comportamiento de las personas y que precisan de un proceso de adaptación.
El cambio puede ser sobrevenido por las circunstancias o puede ser potenciado por la propia organización. En todo caso, el cambio es algo que no siempre se planifica, que se genera por la propia dinámica de las cosas y las situaciones. Es algo natural a lo que hay que afrontar y para lo que hay que estar preparado, y que evidentemente hay que saber gestionar.
El cambio nos puede afectar a un nivel racional, que puede llevarnos a una adaptación reflexiva o al nivel emocional, donde surgen miedos, incertidumbres, ansiedad o desconfianza, aspectos más difíciles de controlar y que precisan de una serie de actitudes y respuesta de la organización para minimizar su impacto negativo en las personas y en la propia estructura que la sustenta.
El cambio, tanto si es sobrevenido como está impulsado a nivel interno, puede venir provocado por una serie de circunstancias:
Vivimos en un mundo en permanente cambio, no es ninguna novedad. La evolución tecnológica y la globalización ponen a merced de la evolución las estructuras sociales y económicas.
Sabiendo que el cambio está en situación de alerta, podemos adoptar ante él diferentes posturas:
Evidentemente la tercera vía es la recomendable, y la única que garantizará nuestra supervivencia en el largo plazo.
Para ello es necesario volcar sobre la cultura organizacional una actitud de flexibilidad y adaptabilidad, de identificación del cambio como una ventaja competitiva.
Podemos diferenciar actitudes ante el cambio:
El positivismo y la proactividad implican necesariamente una actitud en el liderazgo, que sepa transmitir la cultura del cambio, lo positivo de éste y sepa adaptar estos criterios a todos los estamentos de la empresa.
Para ello, hay que trasladar a todos los integrantes de la organización un criterio de valoración en positivo de los efectos del cambio:
Es necesario explicar en qué consiste cambio, identificar su origen y prevenir sus consecuencias. Pero seguramente esto no será suficiente. Hay que vincular todos los recursos disponible en la empresa (económicos, materiales y humanos) y orientarlos adecuadamente hacia el cambio.
Es vital prevenir y vencer la resistencia al cambio a través de espacio de comunicación interna de máxima transparencia, formar dinámicamente e informar de los beneficios y las consecuencias de éste. Es cuestión de actitud.
Pablo Adán, consultor de Equipo Humano