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Pero si sólo fuera eso…

A veces el desperdicio del talento es tan solo una etapa intermedia de la fase agónica y final de una compañía, y, cuando incluso aquellos trabajadores que menos sensibilidad tienen para percibir los estados de deterioro organizacional se empiezan a dar cuenta, podemos decir que estamos escribiendo la “crónica de una muerte anunciada”, acordándonos de una de las creaciones más brillantes de la literatura reciente de la mano de Gabo García Márquez. Nada es permanente, excepto la impermanencia. El cambio es lo único que no cambia, y cuando las empresas no son conscientes de eso, o, incluso siéndolo, no hacen nada para adaptarse, están condenadas a desaparecer mucho antes de lo que sus fundadores quisieran.

El pasado lunes daba una conferencia de una hora frente a un nutrido grupo de directivos de una conocida multinacional papelera, y quise introducir un concepto que empieza a resonar cada vez con más fuerza entre los líderes vanguardistas, el de los entornos líquidos. De hecho, a la intervención que yo hacía, la denominé: “Liderando en un mundo líquido”, refiriéndome con ello a los contextos empresariales en los que trabajar en la permanente ambigüedad e incertidumbre es la tónica del día a día. Y no me refiero exclusivamente a los desafíos de los mercados, de la competencia o de la continua innovación tecnológica, me refiero especialmente a los cambios que se producen en los valores, los deseos y los propósitos de vida de los trabajadores que alimentan los proyectos profesionales. Si pretendemos que ellos se enganchen al tren de los valores, intereses e inquietudes que tienen los miembros de los comités de dirección y de los consejos de administración que dirigen los destinos de las empresas, alguno se sorprenderá, cuando mire para atrás, de que pocos le están siguiendo. El mundo cambia, las personas y sus valores también. Seguir dirigiendo las empresas y sus trabajadores de la misma manera que hace unos años es garantía de fuga de talento y de deterioro organizacional.

Aún con todas las incertidumbres de un nuevo invierno, un nuevo año y hasta de un nuevo gobierno, te invito a poner atención e intención sobre los cambios que se producen a tu alrededor, en mercados y en innovación, pero sobre todo en personas.

Desde Atesora Group queremos acompañarte para cambiar el “mindset” de las personas que dirigen personas en tu organización, siendo el coaching, el mentoring, la formación y la transición de carrera expresiones de nuestro conocimiento, nuestra pasión y nuestra experiencia.

Adapta personas, mentalidades y procesos y seducirás el talento.

¿Quieres saber cómo? Ponte en contacto con nosotros.


Jorge Salinas, Presidente de Atesora Group.