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De nada sirve descansar el cuerpo cuando es la mente lo que está cansado.

La “desconexión digital” es el nuevo término de moda busca garantizar el no uso de las tecnologías de la comunicación para garantizar el tiempo de descanso y vacaciones de los trabajadores. A pesar de ser un término del que todo el mundo habla, son muy pocos los que saben realmente como gestionar esta desconexión. ¿Su mayor riesgo? que si no se gestiona adecuadamente por la empresa sea finalmente el trabajador quien se desconecte, del todo, buscando nuevos horizontes fuera de la empresa.

La pregunta que emerge entonces es, ¿por qué nos cuesta tanto aplicar la desconexión digital? La respuesta la encontramos en nuestra cultura, y sobre todo en nuestra cultura de empresa. Ideas tan atávicas como “nadie se va antes que el jefe”, “contestar correos a las 11 de la noche da muestra de mi compromiso” o “tengo que responder, es mi jefe” tienen un profundo arraigo en nuestra manera de entender el trabajo y distan mucho de ser acertadas.

Muchos son los profesionales de recursos humanos preocupados, y cada vez más, por el bienestar de los trabajadores, y en este sentido el contar con mentes frescas y despejadas es clave. Si las empresas cada vez más buscan personas creativas, resolutivas e ingeniosas, no hay nada más contradictorio que pedirle a esa mente que también este permanentemente conectada y receptiva a cualquier tipo de información. Son muchas las veces en las que la respuesta a un problema complejo aparece en nuestra mente por sí misma cuando hemos dejado de pensar en el problema. El cerebro necesita oxígeno, y es responsabilidad de los profesionales de recursos humanos dárselo.

Y, ahora que tenemos tan claro la necesidad de que la mente descanse al igual que lo hace el cuerpo, ¿cómo podemos aterrizarlo en el día a día? Contamos con dos claves principales.

La primera nuestra cultura de empresa, contar con una cultura que no premie el presentismo sino el rendimiento, orientada a resultados y esfuerzos, más que a horas dedicadas. Una cultura compartida de adecuada gestión del tiempo y de los recursos que haga valer el trabajo realizado, consciente de aquellas tareas que realmente aportan valor.

Surge entonces el reto de la empresa internacional con negocios a diferentes horarios cuya desconexión digital es claramente compleja, o empresas cuya disponibilidad horaria es su apuesta de valor diferencial para el cliente. Es entonces cuando entra en juego la segunda de las claves, tener un adecuado plan de riesgos de hiper conexión digital. Detectar los problemas, evaluar sus riesgos y proponer medidas paliativas es un gran paso para garantizar el bienestar de los trabajadores y balancearlo con las necesidades empresariales, logrando así el complicado equilibrio.

Que los trabajadores tengan la oportunidad de liberar su mente, es, sin duda, la mejor forma de garantizar el éxito en la siguiente jornada.

Si el talento de nuestros colaboradores es el recurso más preciado con el que contamos, conectémoslo a la empresa con compromiso y entendimiento, para lograr que no se desconecte.

Natalia Juarranz – Consultora de Equipo Humano