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Deal! Con este escueto mensaje que publicaba el presidente del Consejo Europeo en su cuenta de Twitter, se anunciaba un acuerdo histórico tras casi cinco días de negociaciones. Con la acción conjunta de la política monetaria del BCE y la fiscal del Consejo Europeo, la UE comienza a actuar como un estado único en política económica.

¿Qué se ha aprobado?

El Consejo Europeo ha aprobado simultáneamente el Marco Financiero Plurianual (MFP), es decir, el presupuesto ordinario para el periodo 2021-2027, y el programa Next Generation EU que servirá para afrontar las necesidades creadas por la pandemia.

El MFP queda dotado con 1,07 billones de euros, un 12% más que el anterior si se tiene en cuenta la salida de Reino Unido. De este presupuesto, 377.000 millones de euros se destinan a políticas de cohesión a través de los fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), FSE (Fondo Social Europeo) y los Fondos de Cohesión. Esta partida se incrementa en 50.000 millones con respecto al MFP 2014-2020. El capítulo de Recursos Naturales y Medioambiente recibe 356.000 millones de euros, de los que el 90%, 336.000, se destinan a la Política Agraria Común. En lo que respecta al resto de partidas, Migraciones y Fronteras recibe 23.000 millones, 10.000 millones más que en el presupuesto anterior; Seguridad y Defensa, 13.000 millones de euros; mientras que Cooperación y Relaciones Exteriores conserva su dotación en línea con el anterior presupuesto, 98.000 millones de euros.

Por su parte, el programa Next Generation EU supondrá una inversión de 750.000 millones de euros, de los que 672.500 millones se destinarán al Fondo de Recuperación y Resiliencia (FRR): 360.000 millones serán préstamos y 312.500, transferencias. El 70% de las transferencias deben ejecutarse en 2021 y 2022 y el resto en 2023. Los préstamos no podrán exceder el 6,8% de la renta nacional de cada país. El FRR tiene una prefinanciación (adelanto de fondos) del 10% y los estados obtendrán los fondos a través del Plan de Recuperación que presenten y que será evaluado por la Comisión y aprobado por el Consejo.

De los otros instrumentos que contempla el programa, React UE, complemento a los Fondos de Cohesión, recibirá 47.500 millones de euros; e Invest EU, destinado a políticas de apoyo al sector privado y a la colaboración público-privada, 5.600 millones de euros. El resto de los fondos, se destinarán a Desarrollo Rural (7.500 millones), Fondo de Transición Justa (10.000 millones) y a la iniciativa de emergencias y protección civil RescUE (1.900 milones).

Según fuentes del Gobierno, España recibirá 140.000 millones de euros del programa Next Generation EU, la mitad en transferencias y la mitad en préstamos. Es algo menos de los esperado porque finalmente no se ha tenido en cuenta el desempleo estructural como variable y en su lugar se ha priorizado el impacto de la pandemia.

La UE se ha comprometido a buscar nuevos ingresos con los que financiar parte del de Next Generation EU y el nuevo MFP: el 1 de enero se creará un ingreso por plástico no reciclado y para 2023 se espera tener listo un mecanismo de ajuste en frontera del CO2 y una tasa digital. También se trabajará en la extensión de derechos de emisión y en el impuesto de transacciones financieras.

Diferencias con la propuesta de la Comisión

Durante la negociación, la propuesta que realizó la Comisión Europea en mayo ha experimentado modificaciones. En lo que respecta al MFP, han prevalecido las políticas tradiciones (cohesión y PAC) sobre las nuevas prioridades. De este modo, Migraciones y Fronteras ven sus fondos ajustados en 8.000 millones; Seguridad y Defensa, en 6.000; y Cooperación y Relaciones Internacionales en 4.000 millones.

En lo que respecta al programa Next Generation, el Fondo de Recuperación y Resiliencia incrementa su dotación (de 610.000 a 672.500 millones), aunque disminuyen las transferencias en favor de los préstamos, que pasan de tener un volumen de 250.000 millones de euros a 360.000 millones. Hay que recordar que, en el caso de las transferencias, los estados tendrán que aportar al Presupuesto Europeo los fondos necesarios para devolver la deuda. Esos fondos se calcularán en función de su contribución al presupuesto y no del dinero recibido. Sin embargo, en el caso de los préstamos, deberán devolver la cantidad hayan recibido. En ambos casos, las devoluciones se producirán a partir de 2028. Asimismo, los instrumentos React UE e Invest EU han sufrido ajustes. El primero recibirá 2.500 millones menos, mientras que el recorte en el segundo, dedicado al apoyo del sector privado, alcanza los 24.700 millones de euros.

Además, ha habido un ligero cambio en la gobernanza del programa: la Comisión evalúa y el Consejo aprueba los Planes de Recuperación de los estados miembros por mayoría cualificada. Si un estado miembro considera que otro no está cumpliendo con las obligaciones establecidas en su Plan de Recuperación puede llevar la cuestión al siguiente Consejo y los desembolsos quedarían paralizados hasta entonces.

Esta ha sido una de las principales concesiones a los países frugales encabezados por Países Bajos, que también han conseguido mantener e incluso aumentar los descuentos en sus aportaciones al Presupuesto de la UE, los llamados ‘cheques’, un instrumento que se esperaba eliminar tras la salida de Reino Unido como miembro del club comunitario.

Sin embargo, la condicionalidad no ha sufrido variaciones: los Planes de Recuperación de cada Estado miembro deben adaptarse a las Recomendaciones Específicas recibidas en el Semestre Europeo. Hay que recordar que las Recomendaciones Específicas para 2021 han sido muy poco específicas dada la situación de pandemia.

El acuerdo es un justo equilibrio entre la necesidad de evitar un choque asimétrico en una Unión Monetaria y satisfacer las exigencias de los países frugales. España se ve favorecida por el volumen de fondos recibidos y aleja el fantasma de una nueva crisis de deuda pública. Su principal reto será ejecutar los fondos con la rapidez necesaria y estimular con ellos el crecimiento.