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La recuperación de la economía, que en los meses de mayo, junio e incluso parte de julio alcanzó ritmos esperanzadores, está amenazada. La aparición de numerosos rebrotes en países donde la enfermedad se dio por controlada (incluyendo España) pone en duda la consistencia de la incipiente reactivación, a la vista de la necesidad de volver a imponer medidas restrictivas de la actividad. El miedo al virus está haciendo daño sobre todo en el sector turístico, que en plena temporada alta se encamina hacia un año desastroso. Sin embargo, los ecos de la aprobación del millonario plan de recuperación en la Unión Europea ponen una nota de optimismo en el horizonte. En esta serie periódica de informaciones de actualidad ofrecemos una recopilación de datos, hechos y tendencias para tomar la temperatura de la recuperación en España y en el mundo.

La economía: el riesgo de que la mayonesa se corte

La economía mundial está en un momento delicado. Es cierto que los últimos indicadores confirman a que la actividad ha repuntado con claridad. El índice de gestores de compras de Europa que elabora IHS Markit anticipa que la zona del euro ha entrado en fase de expansión. En Alemania, el índice IFO de clima empresarial ha registrado asimismo avances significativos. También en Reino Unido los datos de consumo son positivos, tal y como explica The Guardian.

Incluso en España, la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre, pese al millón de empleos destruidos durante la fase aguda del confinamiento, parece una buena base para la recuperación futura del mercado laboral. Pero es difícil que la dinámica positiva se mantenga. El virus no da tregua y los casos de rebrotes son cada vez más numerosos en diferentes países del mundo (en España, desde luego, pero también en Alemania, Francia, Bélgica, Estados Unidos e incluso en China). Se habla ya claramente de la segunda ola de la pandemia y con un sector turístico sumido en la depresión (ver información más abajo) corremos el riesgo de que la mayonesa de la recuperación se corte.

La gran esperanza es el megamillonario fondo de recuperación aprobado por la Unión Europea, que permitirá amortiguar el batacazo de la crisis. Sin embargo, su puesta en marcha se retrasará unos meses (hace falta la aprobación de los parlamentos nacionales y la negociación de los planes de cada país, entre otros trámites) y eso ha hecho saltar las alarmas en Italia, que espera una crisis de financiación para otoño de este año y ha advertido que las ayudas podrían no llegar a tiempo, según informa The Daily Telegraph.

Negocios: el turismo entra en depresión

Tras las medidas de desconfinamiento que empezaron a adoptarse en junio, se suponía que uno de los sectores más beneficiados sería el turístico, por la llegada de la temporada alta en el hemisferio norte. Sin embargo, los rebrotes del virus y las recomendaciones o prohibiciones de viajar a determinados países han truncado la remontada del sector. La revista digital Tourism Review hace un balance muy pesimista de la situación en España y advierte sobre posibles despidos en masa, tras la decisión de Reino Unido de imponer una cuarentena a todos lo que entren en su territorio desde España y las recomendaciones negativas de Alemania, Francia y Países Bajos para algunas comunidades autónomas.

Bloomberg pone en la diana a las compañías aéreas, a las que sitúa al borde del abismo. Con una mirada más optimista, The Guardian sostiene que la virtual desaparición de los visitantes en las ciudades más turísticas de Europa, como Barcelona, Roma, Ámsterdam o Venecia, es una oportunidad para repensar su modelo de negocio.

Teletrabajo: Google marca el rumbo

En medio del debate sobre las ventajas y las desventajas del teletrabajo, Google se ha dejado de historias y ha decidido que la gran mayoría de sus 200.000 trabajadores en todo el mundo seguirán trabajando desde casa hasta el próximo mes de julio, según un correo electrónico de su CEO, Sundar Pichai, a los empleados, tal y como ha revelado The Wall Street Journal. Otras grandes empresas tecnológicas, como Amazon o Apple, ha puesto plazos lejanos para volver a pisar sus oficinas, pero ninguna lo ha fiado para tan largo, y la decisión de Google puede marcar el rumbo a muchas otras empresas.

El que marca el paso en Japón es el propio Gobierno. Según informa Asahi Shimbun, entre las medidas para evitar la propagación del coronavirus el Gobierno de Tokio ha incluido una recomendación a las empresas para que al menos el 70% de sus empleados trabajen desde casa. O sea, que lo del teletrabajo va para largo.

Materias primas: la plata también se dispara

Si la noticia de los últimos meses ha sido el rally de la cotización del oro (lo cual es un claro indicio de lo mal que está la economía mundial, según un artículo de Bloomberg), en los últimos días llama mucho la atención la evolución de la plata, que también se ha sumado a la burbuja especulativa, de acuerdo con la expresión utilizada por el banco privado Julius Baer, tal y como cuenta Expansión. La onza de plata ha superado esta semana los 24 dólares, un 37% más que en el mes anterior y su cotización es la más alta desde septiembre de 2013.

Al contrario que el oro, la plata no está considerada un valor refugio en épocas de dificultad. Su cotización depende de las oscilaciones de oferta y demanda para su uso industrial, por lo que su volatilidad es muy grande. Hablando en plata: mucha precaución a la hora de invertir.

Unión Europea: la trastienda de un acuerdo histórico

La Unión Europea aprobó la semana pasada el plan de recuperación de la economía, con la creación de un fondo de 750.000 millones de euros, de los cuales 390.000 millones serán en transferencias directas. La larguísima cumbre que hizo posible el acuerdo dejó innumerables detalles de la negociación que forman parte ya de la historia de Europa. Un repaso a algunas de las principales publicaciones europeas nos da una idea precisa de cómo fueron eso cuatro días llenos de tensión que acabaron a las 5,30 de la madrugada del martes con un tweet de solo cinco caracteres (Deal!) del presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel.

El País habla de 90 horas de angustia y narra día a día, casi hora a hora, los pormenores de la negociación, que más de una vez estuvo a punto de irse a pique por la batalla entre la mayoría de los miembros de Consejo y los países austeros, con Países Bajos a la cabeza. Financial Times centra el tiro en la cena del domingo y cuenta con detalle el duro intercambio de argumentos entre la primera ministra finlandesa, Sannna Marin, que se sumó al bloque de los países austeros, y Pedro Sánchez, a cuenta de la supuesta inflexibilidad del presidente español. Un episodio que hizo temer que la negociación fuera a colapsar. La Vanguardia aporta la idea de que el líder más duro de pelar no fue el neerlandés Mark Rutte, como se suponía, sino el joven austríaco Sebastian Kurz, que en contra de la tradición de su país se dedicó a criticar a la canciller alemana, Angela Merkel, y que llegó a exasperar al presidente francés, Emmanuel Macron, con sus salidas de tono.

Pero quizás la publicación que más detalles aporta es el diario digital Politico, que centra su crónica de lo sucedido en torno a la figura de Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, que con sus artimañas negociadoras, no siempre bien comprendidas, consiguió crear el clima adecuado para poder llegar a un acuerdo. A él se le ocurrió celebrar las reuniones restringidas en una terraza (hacía buen tiempo en Bruselas) para relajar el ambiente, y fue también el que, medio en broma medio en serio, dijo que de allí no se iba nadie sin un acuerdo porque había convencido a su amigo el primer ministro belga para que cerrara todos los aeropuertos del país. Charles Michel fue también el que en la noche del domingo lanzó un órdago que acabó por desatascar la negociación. En un momento de la cena, cuando las posiciones estaban muy enquistadas (22 países defendían transferencias por valor de 400.000 millones y los cinco restantes no pasaban de 350.000 millones), el presidente del Consejo dijo que no podía presentar una propuesta para contentar a todos y preguntó: “¿Qué hacemos ahora? ¿Seguimos negociando o suspendo la cumbre sin acuerdo?”. Tras un largo silencio, el primer ministro sueco, Stefan Lovfen, uno de los cinco austeros, dijo: “Yo prefiero seguir negociando hasta llegar a un acuerdo”. La cifra que se cerró unas horas después fue de 390.000 millones.

Posdata: el ganador del óscar de la vacuna es…

La Organización Mundial de la Salud tiene constancia de que hay en marcha 177 investigaciones para crear una vacuna contra el Covid-19, según el recuento que hace The Guardian. De ellas, 35 se encuentran en alguna fase de ensayos con humanos. Y entre estas últimas, solo cinco están en la denominada fase 3, que es aquella en la que la vacuna se suministra a miles de personas para confirmar su seguridad y efectividad, y que es la etapa final del complejo proceso de pruebas de la misma.

¿Quién ganará esta decisiva carrera contra el coronavirus? Si hay que inclinarse por alguna de las opciones, seguramente habría que apostar por el proyecto de la Universidad de Oxford y de la multinacional farmacéutica AstraZeneca. Al menos, eso es lo que sugieren tanto Bloomberg Businessweek como The Economist, que en sendos reportajes confirman que la vacuna de Oxford es la que está más avanzada, porque casi ha terminado sus pruebas en Reino Unido, las tienen en marcha en Brasil y Sudáfrica y van a empezar ahora en Estados Unidos. Es también la que está dando hasta ahora resultados más prometedores, tanto en generación de anticuerpos como de los linfocitos T, que son las dos principales armas del sistema inmunitario contra el virus.

Si damos por bueno este pronóstico (hay otras candidatas fuertes, como las de la biotecnológica estadounidense Moderna y la china CanSino), la gran pregunta es cuándo podrá Oxford recibir las autorizaciones pertinentes y ponerse a producir masivamente la vacuna. Aquí la Organización Mundial de la Salud da algunas pistas. Según su científica jefe, en unas declaraciones que recoge Reuters, los reguladores están predispuestos a flexibilizar su estrictos protocolos de aprobación de una vacuna y a coordinarse entre sí para adelantar los plazos, aunque todo dependerá del grado de eficacia, que debe ser de al menos el 50%. En Oxford creen que en septiembre podrán tener hechas todas las pruebas y que su nivel de eficacia será de alrededor del 80%, lo cual podría permitir una autorización de emergencia temporal tan pronto como octubre o noviembre. Es ir muy deprisa, pero en esta carrera están en juego muchas vidas, y un ejército de 250 científicos de Oxford, como cuenta El País, trabajan día y noche para ganarla.