Consultoría & Consultores

En Chile la tarea de promover y atraer el comercio y las inversiones de empresas situadas en distintos países es algo que no se detiene.

Así, sociedades chilenas como de otros lugares del mapa –próximos o distanciados -, trabajan con miradas de mediano y largo plazo buscando la oportunidad que les permita expandirse ya sea exportando o importando bienes o servicios, y/o, invirtiendo en un sitio alejado o recibiendo al inversor venido de otra latitud.


Las últimas predicciones económicas advirtiendo de una minoración de la actividad a nivel global no suelen ser impedimentos para persistir en los envíos o entradas, o perseverar en un proyecto de adquisición en forma solitaria y/o asociándose con terceros.

Estos momentos de titubeos son los más aprovechables para estudiar destinos a donde ir, suele disponerse de más tiempo para revisar alternativas evitando la inacción, fomentando los acercamientos poniendo en marcha ideas novedosas a través de emprendimientos innovadores.

Es ahora cuando se debe poner la atención en aquellos territorios que cuentan con instituciones estables, economías sólidas y abiertas al mundo, seguridad jurídica para las compañías que se arriesgan y crean empleos, regulaciones asumibles, fiscalidad clara, buenas infraestructuras físicas y tecnológicas, y cuya mejora de la calidad de vida de sus habitantes este entre sus prioridades.

Los inversionistas ya presentes en suelo chileno son el mayor reclamo para aquellos empresarios que aún no han materializado su ingreso y deseen hacerlo. Aquí va un dato, mirando las cifras ingresadas y computadas de capitales extranjeros correspondientes a enero y febrero pasado, en concreto las relativas a la reinversión de beneficios y/o utilidades de las entidades foráneas asentadas en Chile, han supuesto algo más de mil millones de dólares solo por este concepto.

Más allá de la cantidad en si misma, reinvertir es igual a confianza, implica en casi todos los casos un aprobado con mayúsculas para el país. No se los han llevado pudiendo hacerlo. Transmitir certidumbre para que esto suceda es muy difícil, solo se consigue con esfuerzo, constancia y transparencia, las autoridades locales cualquiera sea su adscripción deben ser cuidadosas con las decisiones a tomar, hacerlo bien o mal puede salir muy caro.

Sigamos. Expertos apuntan que el promedio de las diez mayores operaciones formalizadas en Chile han ido en aumento. En efecto, en 2016 el monto medio era de 600 millones de dólares, en cambio en 2018 la media alcanzó los mil millones. Nuevamente subrayamos que estos son señales comunicadoras de seguridad y del buen ambiente de negocio, es una manera de invitación a venir y quedarse.


Atención a esto. El origen de las miles de firmas forasteras avecindadas en Chile transmite firmeza y solidez de quien las acoge. Igualmente habla del dinamismo nacional unido a su condición de plataformas para acceder al resto de Sudamérica. La variedad de procedencias refleja la veracidad de la apertura al mundo pregonada a voz en cuello y que se está ante uno de los enclaves más globalizados del orbe.

¿De dónde vienen? Los nombrados a continuación cuentan con decenas, cientos y hasta miles –caso de España-, de grandes, medianas y pequeñas corporaciones en Chile. No están todos: Japón, Corea del Sur, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Australia, Sudáfrica, Suiza, Nueva Zelanda, Noruega, Países Bajos, Francia, Italia, Portugal, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Polonia, México, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, y China, comienza a dejarse ver con ingreso de capitales, aunque están muy vigentes en la compraventa de productos desde hace varios años.

Ahora vemos una significativa necesidad de encontrar alternativas productivas mientras las llamadas potencias negocian entre ellos. Estamos en el instante propicio para reflotar aspiraciones postergadas, es hora de volverlas a traer al tapete empresarial. Invertir concretando alianzas en nuevas regiones solos o ligado a actores locales es un imperativo para continuar circulando, el riesgo de detenerse puede ser de proporciones.


Estados como Chile, deben estar atentos en dar claridad y certeza a empresarios e inversores venidos del exterior. Hablamos de mantener la disciplina fiscal, asunto vital para quienes se interesan por impulsar negocios, fusiones o adquisiciones. También, clarificar el apartado tributario y eliminar regulaciones innecesarias que impidan acelerar los procesos de inversión.

En cualquier caso, aprovechando el comienzo de Semana Santa, sugerimos a quienes pongan su mirada en Chile, junto a la gratitud por hacerlo, prioricen e impulsen la dignidad humana, a la familia, a la vida humana y pongan atención y cuidado con el medio ambiente, cumpliendo estos apartados les auguramos mucho éxito en vuestras propuestas.

Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.