Cataluña es uno de los principales motores económicos de España. Con una población de 7,6 millones de habitantes, la mayor después de Andalucía, es la comunidad que más produce: en 2018, su PIB ascendió a 242.313 millones de euros, la quinta parte del total nacional. Entre 2013 y 2017, durante la reciente fase de recuperación, el PIB catalán creció siempre más que el español. Sin embargo, esta tendencia se quebró en la segunda mitad de 2018. Las estimaciones oficiales apuntan a que la ralentización de la actividad en Cataluña se prolongará durante 2019 y 2020. Y a este escenario de desaceleración económica se une, además, el complejo momento político que vive Cataluña.
En PwC creemos que, precisamente ahora, es importante conocer y difundir la opinión de los empresarios catalanes sobre los principales retos y desafíos de la economía. Con este objetivo, hemos elaborado el informe Temas candentes de la economía catalana, realizado a partir de entrevistas en profundidad con ejecutivos de las principales empresas catalanas, acompañadas de sesiones de trabajo en nuestras oficinas de Barcelona y completadas con un amplio cuestionario contestado por más de 200 directivos.
Uno de los principales mensajes es que los empresarios catalanes reclaman estabilidad política para poder sacar todo el potencial de crecimiento de su economía
Uno de los principales mensajes del informe es que los empresarios catalanes reclaman estabilidad política para poder sacar todo el potencial de crecimiento de la economía de Cataluña y evitar que el actual contexto de desaceleración de la actividad vaya a más e impida que la economía catalana vuelva a crecer por encima de la media del conjunto de la economía española.
Los participantes en el informe consideran que la apuesta por la exportación que realizaron sus compañías durante la última crisis financiera las sitúa ahora en una posición de mayor fortaleza ante una posible desaceleración de la demanda interna. Los empresarios destacan, además, que Cataluña tiene una situación geográfica privilegiada y un gran potencial para seguir siendo la primera economía del país, pero también creen que es necesario recuperar la estabilidad política y generar confianza. Piensan que las incertidumbres externas -Brexit, tensiones comerciales, situación de la economía alemana, cierto agotamiento de las ventas de automóviles- e internas pueden haber afectado a las inversiones y a la creación de nuevas oportunidades. Les preocupa especialmente la polarización de la sociedad catalana y los efectos económicos adversos que esta pueda tener.
Los empresarios se muestran, además, muy preocupados por el empleo y por el hecho de que el mercado laboral en Cataluña siga sin recuperar un tercio de los puestos de trabajo que se destruyeron durante la crisis económica. Valoran positivamente la reforma laboral y piden seguir mejorando la flexibilidad en la contratación, con una simplificación de las modalidades de contratos, y fomentando el trabajo a tiempo parcial para dar respuesta a las necesidades de sectores como el comercio o el turismo.
No hay una opinión unánime a la hora de analizar las consecuencias del traslado de las sedes de las empresas fuera de Cataluña que se produjo después de la celebración del referéndum del 1 de octubre. Mientras una parte de los empresarios cree que solo tiene un efecto social y estético, otra asegura que afectará al empleo y a la inversión a largo plazo. En lo que sí que coinciden casi el 75% de los empresarios es que sería necesaria mayor seguridad jurídica y estabilidad política para conseguir el retorno de las sedes sociales de esas compañías.
El estudio hace un repaso de las principales inquietudes del empresariado catalán en distintos ámbitos, entre otros, la demografía, la formación, el turismo, la innovación, las infraestructuras o el sector financiero, e incluye una serie de sugerencias y recomendaciones:
Ignacio Marull Guasch - Socio responsable de PwC en Cataluña