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¿Cuántas veces hemos oído por los pasillos o durante reuniones informales expresiones del tipo “yo estoy harto de decirlo y avisar, allá ellos, aquí nadie escucha nada”?

Esto no es otra cosa que Comunicación Interna,  uno de los pilares que dota de sentido a las organizaciones pero que, desafortunadamente, no goza de mucha fama y prestigio dentro de la empresa. Generalmente, la comunicación hacia el exterior se cuida mucho. Es importante la consideración que tienen nuestros clientes y proveedores de nosotros, y nuestra imagen es fundamental para el proceso de venta y fidelización de los clientes, pero, ¿qué nos hace pensar que la imagen que damos a nuestros empleados es menos importante? ¿Acaso no pretendemos que ellos también estén involucrados en los procesos de venta y fidelidad a la empresa? Si su respuesta es sí, entonces le interesa empezar a tener más en consideración la Comunicación Interna.

Comunicar no sólo es informar. Informar es uno de los elementos de la comunicación, pero existen más elementos que son los que hacen que la Comunicación sea de calidad. El elemento de información es el que la mayoría de las empresas más o menos gestionan: qué comunico, a quién y con qué frecuencia. Pero hay preguntas igual de importantes como ¿para qué comunico? o ¿cómo estoy comunicando? a las que deberíamos dedicarles un minuto de reflexión. Si la comunicación no está diseñada para dar soporte a la estrategia empresarial, irá sin rumbo y las preguntas que antes he planteado no tendrán respuestas enfocadas al objetivo, sino que variarán en función de la persona a la que se le pregunte.

Por tanto, si quiero involucrar al personal y que la gente participe activamente en la visión y en la misión, no basta con enviar un mail informativo o colgar un cartel para que los trabajadores lo lean. Volvemos al punto inicial, no es suficiente con informar, hay que comunicar, lo que significa transmitir, y la transmisión se realiza en todos y cada uno de los actos cotidianos de la empresa. Desde el modo en que nos saludamos, se plantean y resuelven conflictos, damos y recibimos feed-back respecto del trabajo realizado y desde la inclusión implícita o no de los valores y cultura corporativos en cada mensaje que enviamos.

Según un reciente estudio sobre Comunicación Interna, el 19% de los encuestados afirmó que ésta ayuda a crear cultura de la empresa.  Si queremos una empresa más comprometida, es necesario que le facilitemos la posibilidad de ejercer el compromiso. Si el personal no sabe hacia dónde debe dirigirse, qué se espera de ellos, qué deben saber, cómo deben hacer su trabajo, qué comportamientos son los esperados, etc. ¿cómo van a comprometerse? O mejor dicho ¿con qué van a comprometerse? Si les dejamos un área tan grande, vacía, aplicarán la interpretación de cada uno, por lo que cada cual obtendrá sus propias conclusiones y establecerá sus propios objetivos, coincidentes o no con los de la compañía. Pero no solo es necesario cuidar la forma, también es fundamental utilizar los canales adecuados para asegurar que el/los mensajes llegan a todos los destinatarios tal y como deseamos que lleguen.

Si diseñamos un Plan Director de Comunicación Interna, donde prime el enfoque hacia la comunicación bidireccional (ascendente / descendente / horizontal y transversal), donde se establezcan métodos para llevar a cabo dinámicas de feed-back orientadas a la aportación de información valiosa para las partes implicadas en el proceso comunicativo, donde calendarizamos las acciones comunicativas que hay que llevar a cabo para cada proceso o proyecto que se emprenda, determinando los grupos de interés a los que se tienen que dirigir, donde se determinen qué canales son los más apropiados para los fines que se buscan, estaremos dando sentido a la Comunicación Interna, ya que ésta entrará en un espiral de retroalimentación, de escucha activa y la coherencia entre lo que se quiere transmitir desde la Dirección General y lo que realmente se transmite, es mayor y por tanto, más alineada con la estrategia.

En definitiva, Comunicar no es saturar de información, es dar la información necesaria a la persona adecuada en el momento precioso, en la forma idónea y por el medio oportuno para obtener de la misma su opinión. De esta forma se mejora la toma de decisiones, saliendo del área ciega y posicionándonos en el área libre o, lo que es lo mismo, en el área donde dispongo de la mayor información objetiva posible tanto de mí mismo como de mi entorno. Desde ahí, el ejercicio de la Coherencia entre lo que pienso, digo y hago como líder o como miembro de la empresa  es más fácil de lograr.

Y tú, ¿qué importancia le das a la comunicación dentro de tu organización?

Autor:  Esther Castillo
Consultora de Organización de Seidor