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Vivimos en una sociedad cada vez más tecnificada, donde cada día descubrimos en las noticias nuevas tecnologías disruptivas y dispositivos tecnológicos que están cambiando la visión de cómo planteamos soluciones a los problemas cotidianos, permitiendo definir e implementar nuevos modelos de atención a los clientes, nuevos modelos productivos, e incluso nuevas formas de plantear soluciones a los retos de futuro.

Estas tecnologías están transformando todos los sectores y ya se empieza a hablar de la revolución industrial 4.0.

La sanidad no es ajena a esto cambios. De hecho, es uno de los sectores donde bien utilizada, la tecnología tendrá un impacto muy positivo para los pacientes y la sociedad. Estas tecnologías exponenciales están revolucionando los modelos asistenciales y la atención a los pacientes.

El ecosistema sanitario tal como lo conocemos en este momento, será muy diferente en el 2025. Aspectos como el envejecimiento de la población, la aparición de nuevas terapias y procedimientos médicos, la falta de profesionales médicos o la aparición de nuevos roles marcarán un nuevo marco de actuación, donde las tecnologías y el paciente jugarán un papel mucho más protagonista en la toma de decisiones.

Una sanidad donde las tecnologías disruptivas permitirán mejorar la calidad de vida de los pacientes, los resultados en salud y trabajar bajo un modelo mucho más preventivo que curativo.

Aspectos como la Inteligencia Artificial, Blockchain, Big Data, la impresión 3D, los chatbots y todos los aspectos que giran alrededor del Internet de las cosas, estarán integrados en nuestra sociedad siendo utilizados de forma generalizada por los diferentes agentes (ciudadanos, pacientes, médicos, empresas, centros de investigación…) que componen el sistema sanitario.

Actualmente, la tecnología ya está permitiendo que las personas ya estén conectadas entre sí, dando lugar al desarrollo de una red de dispositivos interconectados, inteligentes y que pueden comunicarse entre sí y automatizar tareas clave.

Cada vez más, las empresas están desarrollando productos y aplicaciones que entran en el mercado con una capacidad de conectividad y movilidad que hasta ahora no eran posibles. Los mismos dispositivos que las empresas han estado produciendo desde hace años son capaces de conectarse a otras redes y sistemas y generar datos que proporcionan un gran beneficio para los profesionales sanitarios, mejorando los resultados en salud, la calidad de los diagnósticos y generando modelos predictivos que nos permitirán predecir futuras patologías, con una mejora de la calidad de vida y afinando los tratamientos a través de la medicina de precisión.

Esta serie de revoluciones tecnológicas y culturales ya han llegado y están aquí para quedarse. Este tsunami tecnológico nos permitirá replantearnos la visión de los problemas de la sanidad.

Marcos Guerra, director de consultoría de la industria de Life Science and Healthcare