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Cuando cumplo años, o celebro una conmemoración o una fecha señalada, suelo refrescar la memoria sobre cómo estaba viviendo aquel momento concreto. Me viene a la cabeza un recuerdo o una imagen de la situación pasada, y pienso en cómo he cambiado desde entonces. Puede ser sobre mi aspecto físico (la mayoría de las veces frunzo la ceja con cierta preocupación sobre cómo me está tratando la vida), acerca de cómo ha evolucionado alguna relación personal, o, si es alguna fecha tocante al trabajo, en cómo he evolucionado profesionalmente. Y en todos los casos me vienen a la cabeza aspectos de mejora que hubieran sido más beneficiosos o convenientes para mí, y que, de haberlos hecho, ahora me permitirían vivir una situación actual más favorable. Seguramente a ti te pasará lo mismo.

Ahora que celebramos el décimo aniversario de nuestra Revista Talento, recuerdo cómo la conocí. Trabajaba en una multinacional y me encontraba inmerso en un proceso de coaching con Jorge Salinas, que, dicho sea de paso, tuvo un impacto muy positivo para mí. En aquel momento estaba viviendo una situación profesional compleja que no sabía cómo afrontar, me notaba colapsado mentalmente. Mi coach me ayudó a analizar el problema en que estaba sumido desde nuevas perspectivas, haciéndome tomar consciencia sobre cuál era mi capacidad de actuación y qué estaba fuera de mi alcance; todo ello con el objetivo de concentrarme en donde tuviera capacidad de actuación para tomar así las decisiones que considerara oportunas.

Recuerdo a Jorge decirme entusiasmado, al final de una sesión, que iban a lanzar una revista digital. Aunque llevado por la curiosidad y la recomendación de mi coach me empapé de todos los artículos del primer número, con el tiempo me convertí en un lector ocasional de Talento. Hasta que mi entrada en el equipo de Atesora Group, hace poco más de un año, me convirtió -en parte por afición y en parte por ser una de mis funciones- en un lector de todos los artículos que en ella se publican.

De todos los que he leído al largo de estos años, dos son los que más me han impactado, cada uno de ellos por una razón especial. El primero, un editorial de las navidades de 2019 firmado por Jorge, titulado “Te deseo una dosis de fracaso para 2019”, me pareció especialmente retador y original. Y el segundo, escrito en 2015 por Jaime Bacás, “Procrastinación y toma de decisiones”, me movilizó por mi tendencia a procrastinar más de lo que me gustaría reconocer.

Antes de mi etapa actual dentro de Atesora Group, algunos de los artículos que leí entonces me sirvieron para reflexionar sobre aspectos concretos. Algunos ejemplos son “Ser es hacer”, “¿Vives en una cárcel de cristal?”, “El puesto de trabajo ha muerto, bienvenidos al Omnitrabajo”, “Tú eliges”, “Tienes derecho a ser Asertivo”, “Están locos, estos romanos” o “Influencia vs Manipulación: Dos senderos que caminan juntos”. Cada uno, en su momento, aportaron ideas y reflexiones que me provocaron a su vez la toma de consciencia necesaria para mejorar en mi desarrollo profesional y, unido a él, también en el personal. Es ahora, con la distancia de los años, cuando entiendo el propósito de Atesora Group a la hora de lanzar un vehículo de comunicación tan innovador en su momento, tanto en el concepto como en la forma de presentarlo.

En un mundo con tanta información a nuestro alcance, ser capaz de seleccionar la información relevante del océano de lo superficial es una tarea difícil de conseguir. Y reconozco que algunos artículos me han servido personalmente para ello: “Por qué es más fácil engañar a alguien que convencerle de que ha sido engañado”, “Maximizar vs Optimizar, cuando más es menos”. Y probablemente a ti te haya sucedido algo parecido, porque cada uno de nosotros conectará con un artículo concreto porque éste le provoque una reacción especial, bien por sus experiencias, por relacionarlo con algo que le está sucediendo o porque la temática le interese particularmente. Estos artículos quedarán en mí como un poso que me ayudó a evolucionar. Y por eso quiero dar las gracias a todos los articulistas por el esfuerzo de llevar diez años haciendo una Revista tan especial. Espero que tú tengas la misma percepción.

El siguiente paso tuvo lugar cuando, una vez incorporado al Equipo, decidí colaborar con mis propias publicaciones, pasando así de lector y crítico a articulista. Reconozco que no es una de mis habilidades más desarrolladas, pero gracias a la ayuda y revisión de mis compañeros, me siento orgulloso de los artículos que he ido publicando. Y os confieso que el que me hace sentir mejor con mi faceta de escritor es el titulado “¿Podemos mejorar nuestro rendimiento?”, debido al esfuerzo y el tiempo que le dediqué.

Seguramente en los próximos meses verás cambios en la Revista. Tenemos la intención de adaptarnos a nuevos formatos que serán más accesibles y acordes con los tiempos, la situación y los medios. Diez años después del número 1, la evolución tecnológica nos permite ofrecer nuevas posibilidades que entonces ni soñábamos; pero lo que no vamos a cambiar es el objetivo de Talento desde que se inició: ofrecerte contenidos de valor.

Y, para finalizar, permitidme pedir un favor personal a Jaime Bacás: por favor, sigue escribiendo sobre el tema de la procrastinación, ya que requiero de más reflexiones para optimizar aún más mi comportamiento. No sé si servirá como ejemplo, pero os confieso que, durante el tiempo que he tardado en escribir este artículo, acabo de caer en la cuenta de que me he permitido “pequeñas” pausas para:

– Echar un vistazo a las noticias y RRSS de cómo estaba la situación de Messi con el Barça.

– Ver varios videos de cómo hacer una tarta de Frozen, ya que faltan pocos días para el cumple de mi peque Iris.

– Llamar a Jordi, que no sé por qué me he acordado de él, y era super urgente saber cómo había sido su vuelta al trabajo

– Y otras cosas menos confesables