La formación e-learning ha experimentado un importante crecimiento en España en los últimos años.
No sólo limitada a las enseñanzas públicas o privadas a particulares, sino que ha tenido una gran acogida entre las empresas para formar a sus empleados.
Entre las principales ventajas esgrimidas por directores, responsables de formación y directores de recursos humanos para el uso de esta modalidad, el acceso desde cualquier lugar y horario a los contenidos -facilitando de este modo el encaje temporal también para los propios empleados- es una de las principales para decidirse por el e-learning.
Con todo, una mala elección de la formación, tanto por contenidos como por las propias características de la plataforma, puede echar por tierra todo el esfuerzo puesto en el plan de formación de la empresa.
Resulta obvio, pero siempre conviene recordarlo. Una buena formación, independientemente de la modalidad escogida para impartirla, debe adecuar su contenido a las necesidades específicas del colectivo que va a recibirla. Por supuesto, también es importante el ajuste en duración de la formación. No es lo mismo reforzar las habilidades blandas las posiciones operativas en una empresa que hacerlo en los puestos directivos o mandos intermedios, ni contratar un curso de iniciación a la gestión de proyectos u otro destinado a profesionales del sector TI.
Es similar en el caso de la formación e-learning. Las posibilidades que ofrece en cuanto a la adaptación de contenidos es enorme, especialmente si el proveedor cuenta con un buen catálogo que recoja amplitud de conocimientos, diferentes niveles de aprendizaje y un buen equipo de formadores que tutoricen la realización de los cursos y tengan formación y acrediatada experiencia en el área concreta.
Una buena plataforma e-learning va a permitir un alto grado de personalización y adaptabilidad según las necesidades y objetivos de la organización. Una de las grandes ventajas que ofrecen las formaciones e-learning de calidad es la posibilidad de agregar módulos específicos -también llamadas Unidades Mínimas de Aprendizaje (UMA) o microlearnings- y adaptar la formación a las habilidades y competencias que se necesitan reforzar en los equipos.
Se puede, por ejemplo, crear itinerarios formativos donde se construyan cursos totalmente personalizados de distintas materias que, en su conjunto, permitan cubrir un gap determinado en un trabajador o equipo de trabajo. Así mismo, el e-learning facilita enormemente la creación y adaptación de un curso al entorno digital.
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