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Esta pregunta me vino a la mente después de escuchar tantas declaraciones en un estilo de pensamiento de tipo “blanco o negro” como por ejemplo “Esto tiene que ser echo perfecto”, “No puedo hacer eso antes de que tenga y conozca todos los datos”, “ Cualquier cosa menos que perfecta es un fracaso”, “Si necesito ayuda de los demás, entonces soy débil” y la lista puede continuar…

La mayoría de la gente cree que es importante hacer lo mejor y no cometer errores, sobre todo cuando eres adulto, ya que “a estas alturas uno debe saber cómo evitar el fracaso”. Pensar de esta manera debe ser realmente aterrador para ellos, no permitirse cometer errores, porque si esto ocurre entonces se perciben a ellos mismos “el fracaso en sí” y de hecho existe el peligro de decepcionar a los demás. Por lo tanto, el “perfeccionismo” es esencial para ellos, así que lo que hacen es establecer estándares que o bien no se pueden cumplir o son muy difíciles de cumplir. Y si después de un gran esfuerzo al final se cumplen, las posibilidades para lograr de nuevo lo mismo son muy bajas y cualquier desviación de perfeccionismo es horrible y puede conducir a una catástrofe.

De igual forma, otras personas creen que cometer errores de vez en cuando es inevitable y que cometer un error no significa que no han logrado algo completamente. Ellos entienden el fracaso como un proceso de aprendizaje para llegar a donde ellos quieren. Se sienten más cómodos en la recogida del feedback según estos eventos y lo utilizan para progresar hacia el logro de sus metas. Aprenden a aprender cómo aprender para llegar a ser excelentes en lo que hacen. Excelencia significa establecer altos estándares también, con la única diferencia que te das el permiso para recoger el feedback necesario en el camino a la cima. El aprendizaje y la formación es la parte esencial para evolucionar y llegar a ver la vista después de una subida difícil.

El coaching es, por tanto, el apoyo esencial para ayudar a escalar hacia la cima. Es lo que marca la diferencia entre rendimiento medio y excelente.

Así que la excelencia no se trata de hacer las cosas “a la perfección”. Se trata de llegar a donde quiere mostrando flexibilidad, adaptabilidad a las circunstancias y la capacidad de aprender de los obstáculos que pueden surgir en el camino.

Recuerdo que, hace años, realicé algunas entrevistas para contratar personas para puestos vacantes de venta telefónica, mientras trabajaba en una multinacional. Inevitablemente mis compañeros y yo volvíamos a la pregunta ya “estándar” (que normalmente los candidatos traían ya preparada de antemano) “¿Qué 3 cosas sobre ti mismo te gustaría mejorar?”. Sin falta muchas veces la respuesta era “Soy un(a) perfeccionista”. En ese momento estaba pensando que era una “ respuesta positiva “ muy bien embalada en una a rmación negativa, que los candidatos suelen utilizar para estos tipos de preguntas y que no era muy convincente para con- seguir el puesto. Y eso solamente por una cosa muy simple: lo que la empresa necesitaba eran personas que cogieran el teléfono y vendieran, en lugar de gastar más tiempo en la plani cación de cómo vender a la perfección.

Lo curioso de todo esto, es que se tarda menos tiempo y energía solo en llamar “a ese cliente“ que en limpiar el escritorio, ordenar los cajones y a lar los lápices para “por si acaso..“ antes de hacer la llamada.

Y de todos modos, lo que no se hace se apila en un montón de “tareas pen- dientes” que al nal todavía hay que hacerlas, solo que esta vez estresado(a) y nervioso(a).

De tal forma, procrastinar tareas no es realmente una buena idea. Solamente empezar hacer las cosas podría ser una mejor solución. Pero ¿cómo encontrar la motivación para hacerlo cuando la brecha entre el aplazamiento y la motivación total es bastante grande como para desalentar cualquier acción?

Durante mi experiencia como coach he encontrado que una manera de hacer este trabajo es mediante la construcción de un “puente” entre la situación actual (donde se retrasan las tareas) y el resultado deseado estableciendo pequeños trozos de acciones específicas.

Algunas herramientas que ayudan a construir el puente:
– Cambiar la posición de percepción: cuando uno se coloca a sí mismo en la posición de “ya he logrado el resultado deseado“ y mira hacia atrás, al estado inicial, se da cuenta de “la pérdida de tiempo“ que ocurrió “para nada”. Se trata de tomar conciencia.
– Establecer prioridades: Es normal si no puedes dar el 100 % en cada tarea. ¿Que es urgente e importante?
– Establecer un calendario realista: dividir las tareas grandes en otras más pequeñas y manejables.

Otra forma de superar las trampas del perfeccionismo es permitir que los errores sucedan. Percibiendo errores como un “fracaso” no hace nada más que cortar las alas justo cuando empezamos a aprender a volar; por lo tanto, nunca nos daremos la oportunidad de intentarlo de nuevo. El fracaso existe solo cuando lo ponemos en un marco de tiempo y, por tanto, lo percibimos como una oportunidad única en la vida.

Sin embargo cometer errores es normal, y esto es en realidad una poderosa manera de recoger información con el propósito de aprender. ¿Cómo podríamos luchar por la excelencia si no haya feedback que nos ayude progresar?

Incluso esos lápices muy bien a lados antes de llamar los clientes tienen borradores de “por si acaso…”.

Recientemente he escuchado una historia que me gustaría compartir. Se trata de un maestro que les pidió a tres hermanas dibujar un círculo cada una. La primera hermana dibujó un círculo bastante bueno pero quería que fuera perfecto y como estaba desilusionada del resultado se dio por vencida y no quiso dibujarlo de nuevo. La segunda hermana dibujó un buen círculo y porque lo quería dibujar perfectamente bien trató de dibujarlo una y otra vez hasta que se volvió loca. La tercera hermana mirando a la experiencia de las otras dos hermanas se dijo a sí misma: “Yo no voy a hacer eso bajo ninguna circunstancia”. Así la última hermana nunca intentó dibujar su círculo.

Cuando el maestro regresó y vio lo que habían dibujado las hermanas, les dijo “Habéis intentado dibujar círculos perfectos y vuestra vida la destináis a la búsqueda de la perfección. Por tanto, camináis en círculos y nunca vais a estar felices con lo que conseguís”.

No seas infeliz con tus resultados, lucha por la excelencia adelantando, siendo flexible, cambiando estrategias y la adaptándote a las circunstancias.

Alexandra Smith
International Development Support de Atesora Group