En un entorno laboral cada vez más competitivo y cambiante, los despachos profesionales se enfrentan al reto de atraer, motivar y retener a sus mejores colaboradores. La retribución variable se presenta como una herramienta eficaz para vincular al equipo con los objetivos del despacho, fomentar la implicación y premiar el desempeño.
Pero, ¿cómo diseñar un sistema que realmente funcione? ¿Qué preguntas debe hacerse un titular antes de implantarlo? A continuación, abordamos las claves para construir un modelo de retribución variable adaptado a la realidad de cada despacho.
Antes de definir cifras o porcentajes, es fundamental tener claro el propósito del sistema. ¿Queremos incentivar la productividad? ¿Reconocer el compromiso? ¿Premiar la captación de clientes? El sistema debe alinearse con la cultura del despacho y sus objetivos estratégicos.
Los objetivos deben ser:
Ejemplos: facturación individual, fidelización de clientes, cumplimiento de plazos, calidad del trabajo, participación en proyectos estratégicos.
Es clave establecer indicadores objetivos y sistemas de seguimiento:
El proceso debe ser justo y comprensible para todos los implicados.
La vinculación debe ser directa y proporcional:
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