En el entorno financiero actual, la gestión del riesgo financiero ha adquirido una relevancia crítica. Las empresas se enfrentan a una variedad de riesgos que pueden afectar negativamente tanto la rentabilidad de sus operaciones como sus márgenes comerciales y su liquidez.
Desde las fluctuaciones en el mercado de divisas y los tipos de interés, hasta los riesgos de crédito y de liquidez, la capacidad para identificar, evaluar y mitigar estos riesgos es fundamental para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. En este artículo, profundizamos en el concepto de riesgo financiero, los tipos más comunes y cómo una gestión eficaz puede proteger a tu empresa.
El riesgo financiero se refiere a la posibilidad de que una empresa sufra pérdidas económicas o disminuya su valor debido a movimientos adversos en los mercados financieros o a dificultades en el cobro a sus clientes. Estos riesgos pueden originarse por una variedad de factores, como cambios en las tasas de interés, fluctuaciones en los tipos de cambio, incumplimientos crediticios o problemas de liquidez. Comprender estos riesgos es el primer paso para gestionarlos de manera efectiva.
1. Riesgo de mercado
El riesgo de mercado se refiere a la posibilidad de incurrir en pérdidas debido a fluctuaciones en los precios de los mercados financieros, los tipos de interés o las divisas, lo que impacta en la valoración de las inversiones financieras. Este tipo de riesgo afecta a todas las empresas, ya sea porque operan con distintas divisas o por su posición de tesorería, ya sea deudora o acreedora.
El riesgo de crédito surge cuando una contraparte no cumple con sus obligaciones contractuales, como el pago de una deuda. Este riesgo impacta a todas las empresas y, en algunas industrias, el incumplimiento por parte de los clientes puede afectar significativamente los resultados de la empresa.
El riesgo de liquidez se refiere a la posibilidad de que una empresa no pueda cumplir con sus obligaciones a corto plazo debido a la falta de liquidez. Las causas de esta falta de liquidez son diversas, por lo que es fundamental contar con soluciones que permitan planificar el cashflow futuro, facilitando la creación de distintos escenarios de trabajo.
Este tipo de riesgo se refiere a las pérdidas que resultan de procesos internos inadecuados o fallidos, errores humanos, fallos en los sistemas o eventos externos como desastres naturales. Aunque no es un riesgo financiero directo, puede tener un impacto significativo en la situación financiera de la empresa.
Este riesgo surge de la posibilidad de que una empresa enfrente sanciones legales o regulatorias, o experimente pérdidas debido a cambios en las leyes o regulaciones vigentes.
Estos riesgos afectan las operaciones que realizamos en un país, ya sea por contar con una filial en dicho territorio o por la compra/venta de productos relevantes de nuestra empresa en ese mercado. Un ejemplo de riesgo político es la inflación, que en Europa tiene un impacto relativamente bajo, pero en el mercado latinoamericano representa una preocupación mucho mayor.
Una gestión efectiva del riesgo financiero implica la implementación de estrategias que minimicen la exposición de la empresa a estos riesgos. Aquí te presentamos algunas de las estrategias más comunes:
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