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El shadow coaching es una modalidad dentro del coaching ejecutivo y empresarial que cada vez está tomando más relevancia y creciendo en popularidad. Esto no es fruto del azar sino de la consolidación que va adquiriendo el coaching dentro de las organizaciones, para las personas que lideran y por los beneficios que está aportando. Esta disciplina permite ir un paso más allá entre la relación del coach con su coachee y que permite al coach poder espejar de forma más acertada a este sobre sus comportamientos.

¿Cómo se lleva a cabo? ¿Cuál es la diferencia con el coaching ejecutivo tal y como lo entendemos en la actualidad?

La diferencia principal respecto al método tradicional radica en que el coach está observando, en tiempo real, al directivo o mando intermedio con su equipo, en su lugar de trabajo habitual pudiendo asistir a sus reuniones y pudiendo tener información de primera mano sobre cómo actúa el ejecutivo en su puesto de trabajo. Al estar en tiempo real se puede establecer el oportuno plan de acción de manera más rápida que entre sesión y sesión de su proceso de coaching.

La forma ideal es combinar ambos métodos de trabajo, el tradicional y el shadow. Durante el proceso de coaching el coach puede preparar con su coachee, antes de esta observación, sus reuniones, por ejemplo, o cualquier otra actividad a observar dentro de su realidad profesional, tomando conciencia de los aspectos en los que se quiere enfocar y de los que quiere mejorar.

Después del shadow, el coach ayudará al ejecutivo a identificar los puntos fuertes y las áreas de mejora. Pudiendo recoger información de primera mano y sin el sesgo que el coachee pueda, aún bienintencionadamente, traer a la sesión. De esta manera se establece un puente entre la percepción que el coachee tiene sobre sí mismo y la percepción del coach tras las sesiones de trabajo.

El coachee recibe positivamente este feedback porque el coach es un agente externo a su realidad profesional y su objetivo es ayudar al desarrollo del cliente.

La objeción que puede surgir en esta modalidad de coaching es pensar que el coachee o el equipo de trabajo puede cambiar su comportamiento habitual al saberse observado por el coach. Quizá en un primer momento esto pudiera ser un acto reflejo natural de toda persona al sentirse observado pero la experiencia nos lleva a afirmar que esto, de darse, sucede los primeros minutos y que tras estos el comportamiento vuelve a ser el habitual, ya que la persona tiende a relajarse y ser ella misma.

La ventaja de esta metodología es que está programada para llevarse a la práctica durante varias sesiones con lo cual se tiene un conocimiento profundo de la realidad del coachee y por tanto, la fiabilidad y validez de la observación se incrementan. Podemos estar hablando de un shadow de un medio día (durante varias jornadas) o un día o dos días completos. 

Mª José Alaminos, Coach ejecutivo