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"No seremos la Italia o España de Sudamérica", así de claro se manifestó el ministro de Salud de Chile, Jaime Mañalich, al ser preguntado por Mega TV, después de que el país superara los 90 mil contagios y una cifra de fallecidos de 997 personas, una de las más reducidas de la Latinoamérica.

A marzo pasado, Chile incrementó su número de camas de hospital por cada 100.000 habitantes a 214. La Región Metropolitana, en donde residen algo más 7 millones y medio de personas ese número alcanza las 227. En estos últimos días se están tomando nuevas providencias por si fuera necesaria aumentarlas, especialmente las de la UCI.


Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, es tener entre 800 y 1000 camas, muy pocos países en el globo alcanzan estas cifras, Japón, Corea del Sur, Alemania, o Rusia. Naciones como Italia, España o los Estados Unidos, están en torno a las 300. Estudiosos de estos temas indican que desde el año 2000 ha habido reducciones en los cupos disponibles para asumir mayores cabidas en las entradas a hospitales, situación que se agudizó durante la crisis financiera de 2008.

De ahí las recomendaciones que se suelen hacer desde las altas instancias, invitando a la sociedad a no tomar riesgos innecesarios y ser cuidadosos en su día a día para evitar contagios, de no hacerlo el sistema sanitario se puede ver sobrepasado.

Por ahora, las estimaciones en términos de desembolsos económicos a causa de las decisiones promovidas por los Estados a escala global para hacer frente al virus letal y sus funestas derivaciones, se calculan por encima de los 9 billones de dólares, tanto en términos de ayudas como en créditos. En parte, se han destinado para avituallarse con los equipos y elementos imprescindibles para hacer frente a la enfermedad; como, también, para mitigar los estragos que se están produciendo en la economía diaria,

Si atendemos a la investigación “Respuestas de política económica a una pandemia: desarrollo del índice de estímulo económico Covid-19”, sitúa a Chile en el lugar 51 del mundo. En el trabajo hacen un compendio de normas fiscales, monetarias y tipo de cambio instadas por los gobiernos de las 168 naciones analizadas, y ha sido elaborado por las universidades de Columbia de Estados Unidos, Sungkyunkwan de Corea del Sur y Eskişehir Osmangazi de Turquía.

Ahora bien, considerado solo el gasto fiscal como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), Chile lleva un desembolso equivalente al 5,5% de su PIB, situándolo en el puesto 45. En América Latina está encabezada por Perú, un 8,9% (24), Brasil, 8% (32) y Paraguay, 6,5% (40). El gasto promedio mundial es de un 3,7%, mientras que el de Latinoamérica representa un 2,4%. Un dato, aquí solo se consideran los gastos adicionales al presupuesto aprobado para este ejercicio y no contempla las reasignaciones habidas de lo ya previsto que en el caso chileno es una suma importante.


La tabla está comandada por Japón, ha destinado el 21% de su PIB, le siguen Luxemburgo y Bélgica, Austria, Estados Unidos y Singapur. En el puesto 16 aparece Alemania y curiosamente Corea del Sur figura 82, con poco más de un 2%.

Asimismo, vía Ministerio de Hacienda ha habido ajustes en los compromisos en materia de tributación de ciudadanos y empresas. Así, hay postergaciones en el pago del IVA, el impuesto a la renta y los Pagos Provisionales Mensuales (PPM); difieren primera cuota de las contribuciones de bienes raíces; atenúan el tratamiento de las deudas tributarias con la Tesorería, entre otras.

Conforme a un trabajo de la firma Auditora Mazars, que comparó las medidas contributivas puestas en marcha por 72 países en cuatro continentes para hacer frente a la contingencia viral, Chile utilizó cinco de seis categorías consideradas en el informe.

Veamos.

  1. Las relacionadas con IVA e impuestos indirectos
  2. Postergaciones de gravámenes corporativos -PPM y anticipación de devolución de canon a la renta para PYME-
  3. Acciones sobre otras cargas (léase patrimonio y reducción momentánea del tributo de timbres y estampillas);
  4. Adaptabilidad de procesos de auditoría y controversias; otros regímenes impositivos -como el alivio de algunas deudas del contribuyente
  5. Manejos varios para el sector corporativo y laboral (como la Ley de Protección al Empleo y la regulación de la votación a distancia en las juntas de accionistas, por citar algunas). Lo único no utilizado de momento es la política aduanera.

Esto posiciona a Chile en el grupo de los que mayores instrumentos de fiscalidad emplea en plena pandemia, a igual nivel de Japón, Indonesia, Bélgica, Croacia, Alemania, Malta, Rusia y Estados Unidos, por citar algunos de los que han ocupado cinco de las seis herramientas a su disposición.


No obstante, a pesar de este esfuerzo nacional por controlar las consecuencias sobrevenidas a causa de la epidemia, las cifras de desempleo han subido, los expertos predicen que podrían hacerlo próximo a un 20%, a fecha de hoy significa un 9%. El resultado de esto es un recrudecimiento de la pobreza desde un 8,6%, una de las más bajas de la región, a un 11,5%.

Al igual que en el hemisferio norte, las familias más vulnerables comienzan a padecer esta realidad -carecen de ingresos suficientes-, se les está prestando la debida atención desde la parte pública a través de un Ingreso Familiar de Emergencia por tres meses, pudiendo prolongarse si fuera del caso, y aportes del área privada.

Lo que viene reclama la atención de todos, nos referimos a promover los intercambios internacionales de bienes y servicios y atraer inversiones, indispensables para recuperar empleo, todo en un clima de respeto al Estado de Derecho y al orden público.

Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L., Consultoría de Exportación de Empresas a Chile