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Teniendo en cuenta los ataques informáticos sufridos a nivel mundial recientemente, sorprende que la ciberseguridad haya pasado de ser la principal amenaza para los primeros ejecutivos españoles en 2016 hasta la quinta posición este año, según se desprende del informe de KPMG Global CEO Outlook 2017.

La tercera edición de esta publicación, basada en una encuesta realizada a más de 1.200 CEOs a nivel global (50 españoles), centra su atención en el optimismo que destaca respecto al crecimiento económico y la oportunidad – más que una amenaza- que representa la disrupción tecnológica para su negocios, opinión que comparten el 70% de los CEOs españoles.

Volviendo a los retos en materia de ciberseguridad, es reseñable el aumento del nivel de preparación que sienten los CEOs a nivel global ya que un 42% de ellos admiten estar totalmente preparados ante esta amenaza, respecto al 25% que así lo sentía en 2016. En España, los primeros ejecutivos encuestados se muestran menos optimistas que sus homólogos del resto de países encuestados respecto a esta cuestión. De hecho, solo 2 de cada 10 se sienten completamente preparados para afrontar un potencial ataque.

Sin embargo, el compromiso de los CEOs por mantener un rol más activo en materias de ciberseguridad ha crecido. Así, un poco más de la mitad (54%) de los CEOs españoles se siente cómodo con la idea de que mitigar una posible ciberamenaza forme parte de sus responsabilidades.

A pesar del aumento del sentimiento de responsabilidad de los primeros ejecutivos ante estas amenazas, la necesidad por incrementar la vigilancia aún es alta. “Las compañías deberían equilibrar los recursos que dedican a la prevención de un ataque respecto a los que destinan a diseñar e implantar sistemas que les permitan actuar con rapidez en el caso de ser atacados”, explica Marc Martínez, socio responsable de Ciberseguridad de KPMG en España.

Aunque las ciberamenazas hayan dejado de ser el principal riesgo para los CEOs, lo cierto es que casi el 50% de los encuestados en España planea incrementar su inversión en ciberseguridad en los próximos 3 años. Además, el 68% de ellos percibe dicha inversión como una oportunidad para generar nuevos ingresos y para innovar en vez de considerarlo como un coste general.

Sin embargo, el 40% de los primeros ejecutivos españoles son conscientes de que han de mejorar los sistemas de seguimiento de dichas inversiones. “Algunas compañías poseen un falso sentimiento de seguridad al considerar que han invertido grandes cantidades de dinero o al haber abordado de manera personal esta cuestión”, indica Marc Martínez.

Tras los diversos ciberataques ocurridos a nivel mundial el pasado 12 de mayo bajo la fórmula ransomware, un programa informático que bloquea el acceso a determinados datos o ficheros para solicitar su rescate, es importante subrayar la diferencia entre el nivel de preparación que sienten a nivel global, donde el 44% considera que sus compañías están de algún modo preparadas para afrontar estos ataques, frente al 28% de los CEOs españoles que consideran estar totalmente preparados para dar respuesta a este tipo de ciberamenazas.

De igual manera, los CEOs españoles consideran que sus compañías están menos preparadas respecto a la media global en relación al robo de datos personales de sus clientes, así casi la mitad (49%) de los encuestados a nivel mundial se siente totalmente preparado frente al 30% de los primeros ejecutivos españoles.

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La irrupción de otros riesgos

El alto componente digital de muchos de los procesos de las compañías ha acelerado la definición y madurez de la estrategia de los CEOs respecto a los retos que plantea la ciberseguridad, dejando paso así a otro tipo de retos.

En este sentido, el riesgo reputacional es señalado este año por los CEOs españoles como el factor que más podría afectar al crecimiento, mientras que a nivel global es el tercer riesgo que más preocupa a los primeros ejecutivos.

“Se ha hecho un ejercicio de realismo y se ha tomado conciencia de que, lo que hasta ahora se había visto como un riesgo que había que atajar y reconducir, puede convertirse de verdad en una oportunidad de negocio y crecimiento. La reputación y la transparencia, así como el contar con una misión que implique una contribución positiva a la sociedad, ha dejado de ser algo deseable en el mundo empresarial para convertirse en imprescindible”, indica Pablo Bernad, socio responable de Risk Consulting de KPMG en España.

Y es que, según se desprende del informe, la importancia de la marca y la reputación en el éxito de las empresas continúa creciendo. Así, 6 de cada 10 CEOs (61% a nivel global y 64% en España)consideran el incremento de la confianza entre sus principales stakeholders y consumidores como una de las tres principales prioridades dentro de su organización.

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Arancha Pérez >