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En esta crisis debemos aprender el valor de los profesionales generalistas, o de tipo “T”. Este tipo de profesionales se caracterizan porque tienen aprendizajes diversos, aprenden rápido (ultralearning) y poseen una gran amplitud de registro y habilidades diversas para adaptarse a la realidad.

Luego están los profesionales tipo “I”, que tienen grandes conocimientos de una serie limitada de materias (uniaprendices), que tienen grandes experiencias anteriores que les impiden cambiar y sus habilidades están conectadas a sus conocimientos expertos.

El tipo “T” o el tipo “I” son “ideales tipos”, como decía Max Weber, para explicar dos realidades distintas. Pues bien, para salir de esta crisis vamos a necesitar a profesionales tipo “T” por:

  • Su tolerancia a la ambigüedad.
  • Su porfolio de habilidades que facilita la adaptabilidad.
  • Su diversidad de contexto de aprendizaje.
  • Su rapidez de aprender conceptos nuevos.
  • Su ritmo de desaprender lo que hacían antes.

¿Cómo es un profesional tipo “T”?

El mundo después del coronavirus no va a ser un juego cerrado tipo ajedrez, donde lo interesante es tener horas de entrenamiento, sino que se convertirá en un nuevo juego, donde todavía hay que hacerse las preguntas para comprender una nueva realidad. Podemos decir que será un juego abierto y, por tanto, no podemos saber cómo se va a jugar, porque nunca se ha jugado de esta forma.

¿Qué identifica a estos profesionales tipo “T”?

Estas cinco características:

1.Visión tardía: Son personas que han empezado tarde a trabajar, pero han tenido una formación amplia en campos diferentes y le han generado poner en funcionamiento habilidades distintas. En todo su término, han recibido una verdadera formación universitaria. Como decía Steve Jobs, “si aún no has encontrado algo que te gusta hacer, sigue buscando. El trabajo va a ocuparte gran parte de tu vida, de modo que asegúrate de vivir satisfecho de lo que haces”.

Hay que recelar de la gente que no cambia o de vocaciones tempranas con miradas de expertos, pero con orejeras. La visión tardía pretende encaminar tu valor tras haber configurado y amueblado tu cerebro en conocimientos diferentes.

2. Diversidad de experiencia: Si has tenido un tiempo de formación amplio y diverso, también hay que identificar a un profesional tipo “T” con aquellas experiencias en diferentes entornos que ha tenido. Hay que huir de personas de “uniexperiencias” o de caminos tradicionales de entrenamiento.

El tener diversidad de experiencias no da la posibilidad de disponer de un porfolio variado de habilidades que se han tenido que adaptar históricamente a entornos diversos.

Tener vocaciones tardías y diversidad de experiencia son dos elementos fundamentales para tener profesionales de tipo “T”.

3. Habilidad de integrar: Los estudios realizados para identificar la importancia del pensamiento divergente y convergente y la necesidad de síntesis para poder tomar decisiones más reflexionadas, nos lleva a plantear que los profesionales generalistas saben integrar mejor. Integrar información diferente implica tener un procesamiento equilibrado de la información, una visión genérica, una orientación hacia la solución y capacidad de hacer síntesis para conseguir tomar mejores decisiones. Más que tener profesionales expertos y analíticos, necesitamos profesionales que integren conceptos diversos en soluciones focalizadas.

4. Capacidad de aprender / desaprender: El futuro está lleno de caminos que tenemos que desandar porque debemos explorar otras estrategias mentales.

Tan importante como la visión tardía y la diversidad de experiencia es el integrar como esta capacidad de poder cambiar. Relativizar lo aprendido y explorar rápidamente nuevos objetivos de aprendizajes es fundamental para obtener profesionales con alto nivel de adaptación al momento histórico. Siempre hablamos de la capacidad de aprender y ponemos el foco colateral en la capacidad de desaprender. ¿De qué vale aprender acumulativamente sin cambiar lo que hemos aprendido previamente?

Aprender y desaprender son procesos que se deben utilizar todos los días para cambiar. Se cambia haciendo cosas nuevas y dejando de hacer cosas que estaban adaptadas a entornos pretéritos.

5. Ritmo rápido de aprendizaje: No sólo hay que aprender y desaprender en todo momento, sino que tenemos que ser rápidos en aprender. La rapidez es una característica adaptativa en nuestro entorno tan digitalizado. Necesitamos profesionales abiertos al aprendizaje rápido en cualquier sitio. El ritmo acelerado de los acontecimientos que marca el entorno debe ser la referencia de nuestro continuo aprender.

Los profesionales tipo “T” y tipo “I” se diferencian:

TIPO “T” TIPO “I”
Visión tardíaDiversidad experienciaIntegración Aprender / DesaprenderRitmo rápido aprendizaje Especialización tempranaExperiencia profunda y homogénea.AnalizarPracticar lo aprendido.Ritmo normal de aprendizaje

Como siempre, es bueno que todas las organizaciones tengan profesionales de ambos tipos, pero en época de incertidumbre y notables cambios de paradigmas socioeconómicos tenemos que dar prevalencia a que los profesionales “T” interpreten la realidad, racionalicen alternativas y, al final, propongan soluciones diferentes a momentos distintos. El futuro no consiste en hacer ofertas atractivas con tus planteamientos precrisis del coronavirus, sino analizar nuevas necesidades humanas que serán las que se conviertan en las nuevas demandas que nos llevarán a las nuevas ofertas.

En ese sentido, los profesionales tipo “T” tienen un mayor nivel de aportación para entender estas nuevas necesidades humanas, que van a ser la clave de las ofertas con mayor valor añadido.

Entendemos pues, que el disponer de equipos con profesionales tipo “T” es una manera de prever el futuro. Hay que pensar ahora en la selección de personas de una forma distinta. No necesitamos registro de conocimientos expertos ni test para medir aptitudes, sino más bien, comprender tipos de experiencias y capacidades denominadas soft-skills (habilidades blandas). No valen ya perfiles de competencias, sino competencias perfiladas por experiencias duraderas.

Una recomendación para finalizar: en lugar de predecir qué te puede gustar, examina a quien te pareces y la complejidad que está circunscrita al proceso comparativo.

¿Cuál es el algoritmo para identificar las soft-skills de los profesionales “T”?

Yo sólo sé que no me lo dice un examen, ni un test, ni una entrevista tradicional de competencias, por tanto, ¿para cuándo vamos a ser más creativos en la próxima selección?

F. Javier Cantera Herrero, presidente de Auren Consultores.