Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), son aquellos alimentos a los que se les ha añadido micronutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, con la finalidad de mejorar la calidad nutricional del alimento y mejorar la salud de la población.
A este tipo de alimentos, se les ha agregado un compuesto bioactivo o compuesto funcional, ayudando a mejorar las funciones del cuerpo, y brindando un estado de salud mejorado.
Los alimentos funcionales, consumidos como parte de una dieta equilibrada y acompañados de un estilo de vida saludable ofrecen la posibilidad de que, además de mejorar la salud, pueden prevenir ciertas enfermedades, tales como las cardiovasculares, diabetes, osteopatias, y alteraciones gastrointestinales, entre otras.
¿Cómo surgen los alimentos funcionales?
El ritmo de vida actual junto a la enorme oferta de alimentos y la falta de información, hace cada vez más difícil la toma de decisiones adecuadas a la hora de alimentarnos. Esto conduce a que muchas personas no lleguen a cubrir las cantidades requeridas de los nutrientes que necesitan. Esto puede provocar desequilibrios y desajustes alimentarios, que pueden desembocar en un gran número de enfermedades.
Hoy en día, la ciencia de la nutrición ha pasado a centrarse más en la identificación de ingredientes biológicamente activos en los alimentos, que ofrezcan la posibilidad de mejorar las condiciones de salud, reduciendo el riesgo a contraer dolencias.
Se ha descubierto que muchos productos alimenticios que forman parte de la dieta de todas las personas, como las frutas, las verduras, la soja, los granos enteros y la leche, contienen componentes que pueden resultar beneficiosos para la salud. Además de éstos, se están desarrollando nuevos alimentos que potencian estos beneficios, por las ventajas que suponen.
Ya no se trata únicamente de que reduzcamos los alimentos cuyo exceso puede ser perjudicial para nuestra salud, sino de buscar aquellos que mejoren las funciones de nuestro organismo y nos ayuden a prevenir la aparición de algunas patologías.
Como resultado de esta situación, aparecen los alimentos funcionales que pueden compensar los desequilibrios alimentarios y garantizan las ingestas de nutrientes recomendadas.
¿Cuál es la diferencia entre un alimento funcional y un nutracéutico?
La diferencia se encuentra en que los compuestos nutracéuticos, se definen como un suplemento dietético que generalmente se presentan en forma de píldoras, cápsulas, o polvos, de una sustancia natural bioactiva concentrada presente en los alimentos y que administrados de forma adecuada tienen un efecto favorable sobre la salud, superior al que el podria tener el alimento normal que contenga este compuesto.
Se diferencian también de los medicamentos, en que son productos de origen biológico natural, no se sintetizan como los medicamentos.
Estos componentes también aportan beneficio para la salud, ya sea reduciendo carencias, como previniendo y tratando enfermedades, aunque actualmente este grupo de compuestos carece de una definición regulatoria precisa.
¿Qué son los alimentos fortificados?
Son aquellos alimentos a los que se les añade un ingrediente que es bueno para la salud, y que no existía anteriormente en su composición original, por ejemplo, la adición de yodo a la sal que consumimos, o la adición de Vitamina D a la leche.
La fortificación se establece para mejorar la alimentación de grandes segmentos de la población que no puede alcanzar valores adecuados a través de su dieta, sin que por ello sufran variaciones en sus hábitos alimentarios.
No obstante, la línea que separa ambos grupos de alimentos no siempre está bien definida, y así la adición de nutrientes como calcio, zinc o vitaminas antioxidantes, por ejemplo, puede aportar ambos valores: el nutricional y el funcional.
¿En qué se diferencian entonces de los alimentos funcionales?
Un alimento puede acabar siendo funcional si durante su elaboración o fabricación se le ha realizado cualquiera de estos procesos:
Os dejemos un link a una Guía muy interesante sobre alimentos funcionales publicada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, el Instituto Omega 3 y la confederación de consumidores y usuarios.
https://www.fesnad.org/resources/files/Publicaciones/guia_alimentos_funcionales.pdf
¿Son esenciales en nuestra dieta los alimentos funcionales?
No son esenciales, pero pueden ayudar en determinadas situaciones y de manera individual, teniendo efectos positivos cuando se suman a una dieta balanceada y a un estilo de vida activo, mejorando la salud y aumentado el bienestar.
Es decir, están específicamente indicados para aquellos grupos de personas con necesidades nutricionales especiales, como es el caso de las mujeres embarazadas, niños y adultos mayores, personas con carencias alimentarias o intolerancias a determinados alimentos, o aquellos que poseen factores de riesgo a padecer enfermedades como las cardiopatías, osteoporosis, diabetes y alteraciones gastrointestinales, aunque también pueden formar parte de la alimentación de cualquier persona.
Muchas veces, la industria alimentaria, nos crea una falsa necesidad de conseguir estos alimentos para llegar a un estado de bienestar. No es necesario incluirlos en la alimentación de toda la población para alcanzarlo, ya que siguiendo una dieta sana, variada y equilibrada se consiguen todos los nutrientes necesarios.
¿Dónde encontramos los alimentos funcionales?
No existe consenso para una clasificación, por lo tanto, daremos una descripción de los diferentes grupos de alimentos que cumplen con la definición de alimentos funcionales.
Es importante saber que los fitoesteroles se encuentran de forma natural en algunos alimentos tales como, cereales integrales, legumbres, frutas, verduras, frutos secos y semillas.
Cereales y sus derivados integrales enriquecidos con ácido fólico, especialmente destinado a embarazadas para reducir el riesgo de niños que nacen con espina bífida.
La Dieta Mediterránea proporciona numerosos y variados alimentos funcionales: frutas, verduras, legumbres, pescados, hortalizas, lácteos fermentados (probioticos), aceite de oliva virgen y frutos secos.
¿Cómo están regulados?
Como cualquier otro alimento, deben estar regulados bajo una normativa. Como consecuencia del creciente interés por los alimentos funcionales, la Unión Europea, a través de un organismo denominado FUFOSE (Functional Food Science in Europe), se encarga de regular la información dirigida al consumidor sobre los efectos positivos que este tipo de alimentos ejercen para la nutrición y para la prevención de enfermedades.
La legislación Europea, considera que cuando se realicen afirmaciones de que un producto está enriquecido con algún nutriente determinado, el envase debe contener obligatoriamente el etiquetado nutricional, indicando el aporte real de ese nutriente específico.
Esta normativa también determina que la información que se incorpora a los envases y a la publicidad de este tipo de alimentos no pueden atribuirse propiedades preventivas, de tratamiento o de curación de una enfermedad. Además, exige que las alegaciones sanitarias de todos los alimentos funcionales estén científicamente probadas.
Os dejamos un link a la web del Ministerio de Sanidad donde encontrareis las tablas de declaraciones nutricionales autorizadas.
¡¡ Os esperamos en el próximo post!!