Seguramente hayas oído hablar del concepto de observabilidad como una evolución de la monitorización de servicios IT. Pero no todo el mundo se pone de acuerdo qué implica realmente, y es que es más complejo de lo que parece a simple vista. Por este motivo, trataremos de explicar los conceptos y dar nuestro punto de vista al respecto.
A modo de introducción, la monitorización tradicional nació por la necesidad de supervisar las métricas básicas de infraestructura (CPU, RAM, Disco, conectividad, etc). Y con el tiempo también se desarrollaron capacidades para controlar los procesos del sistema y realizar validaciones algo más complejas. Sin embargo, como esta información no era suficiente para validar la calidad del servicio, aparecieron las soluciones de APM – Application Performance Monitoring, que a través de diferentes aproximaciones permitían monitorizar el rendimiento y la disponibilidad de los servicios IT ante las acciones de los usuarios (monitorización de la experiencia de usuario).
El problema de la monitorización ha sido, y continúa siendo, que para ser efectiva se debe partir de supuestos que desgraciadamente no siempre se cumplen:
Y la perspectiva de futuro no parece que sea demasiado optimista al respecto: cada día los sistemas son más complejos (arquitecturas híbridas), tienen más componentes (pensemos en los microservicios), son más dinámicos (containers Vs arquitectura tradicional), y cambian a mayor velocidad (DevOps).
Seguir leyendo en ABAST