Nuevos retos de las ciudades del siglo XXI: el crecimiento del e-commerce, el transporte de la última milla y la contaminación ambiental

En las últimas fechas hemos escuchado a los políticos municipales hablar de las medidas que tomarían si llegarán a regir el gobierno municipal de las respectivas ciudades de nuestro país.

Pero realmente éste, es uno de los retos con los que se van enfrentar en las próximas legislaturas los gobiernos municipales, como conjugar el crecimiento del e-commerce, que conlleva el aumento de la movilidad de las mercancías, sobre todo en la última milla, con la disminución de la contaminación ambiental en las ciudades, más, en las grandes metrópolis: Madrid y Barcelona.

Cuando hemos estado escuchando las distintas soluciones, muchos de ellos, han puesto el foco en las medidas disuasorias y en la promoción del transporte público, frente al empleo del coche en la movilidad diaria de los ciudadanos, pero muy pocos, han contextualizado, el incremento sustancial del e-commerce.

Las tendencias nos indican que el e-commerce crece con tasas interanuales de un 20%, y en 2018, la facturación ha superado los 40.000 millones de euros en España. La eficiencia de ciertos marketplaces en la entrega de sus pedidos está generando en los usuarios la exigencia de entregas inmediatas, con lo que puede llevar consigo, a contar con un mayor número vehículos de transporte de mercancías por las calles de nuestras ciudades. Se cifra que tan sólo el 20% de los vehículos que se mueven por la ciudad de Barcelona, pertenecen al segmento descrito, furgonetas y camiones de reparto. Y es este segmento de vehículos el que genera el 40% de las emisiones.

Algunas entidades están empezando a hablar sobre la posibilidad de trasladar los productos a centros de distribución urbanos en las horas valles de tráfico, como puede ser las horas nocturnas. Otra medida, es cambiar el parque automovilístico, promocionando los vehículos eléctricos frente a los vehículos de combustión.

¿Y cómo afecta todo esto a la logística? La logística se tendrá que adaptar a este tipo de medidas, para ello, las empresas del sector tienen que estar preparadas, y la tecnología va a tener un peso predominante. La inteligencia artificial, el análisis de datos y una gestión eficiente de los almacenes, son jugadores que ya han saltado a jugar el partido.