Consultoría & Consultores

El último Índice de Paz Global 2019, sitúa a Chile como el más pacífico de Latinoamérica, el segundo tras Canadá en el continente americano y en el lugar 27 en el mundo.

Este estudio anual es impulsado y promovido por el Instituto de Economía y Paz de Australia, IEP (por sus siglas en ingles), concluye que Europa continúa siendo la región más sosegada del planeta.

Islandia, continúa al frente, es el más tranquilo del globo, lugar que ocupa desde 2008. Lo acompañan Nueva Zelanda, Portugal, Austria, Dinamarca, Canadá, Singapur, Eslovenia, Japón y República Checa.

Afganistán, es el menos sereno del orbe, reemplaza a Siria, ubicado ahora tras este. Sudán del Sur, Yemen e Irak completan la lista de los cinco más violentos.


Según el IEP, “el impacto económico de la violencia en la economía global en 2018 fue de $ 14.1 billones en términos de paridad de poder de compra (PPA). Esta cifra es equivalente al 11.2 por ciento de la actividad económica mundial (producto mundial bruto) o $ 1,853 para cada persona”.

Añade que, el dígito por actos virulentos “mejoró en un 3,3% durante 2018. La mayor mejora se produjo en el conflicto armado, que disminuyó en un 29% a $ 672 mil millones, debido a una disminución en la intensidad del conflicto en Siria, Colombia y Ucrania. También hubo una reducción sustancial en el impacto económico del terrorismo, que se redujo en un 48 por ciento de 2017 a 2018”.

Los diez países más afectados por la barbarie asumen un costo promedio equivalente al 35% de su PIB, en comparación al 3,3% de los menos afectados. Siria, Afganistán y la República Centroafricana incurrieron en el mayor costo en 2018 como porcentaje de su PIB, equivalente a 67%, 47% y 42% del PIB, respectivamente.

La progresión más llamativa corresponde a Bhután, ha registrado la mayor mejora entre los 20 primeros, con avance de 43 puestos en los últimos 12 años.

A nadie escapa que paz y estabilidad económica van de la mano, al faltar una de las dos, casi con toda seguridad, faltará la otra. Compartimos con quienes afirman que la paz es una condición necesaria para el comercio, el crecimiento sostenido y la prosperidad. Igualmente, la estabilidad monetaria junto a un bienestar propicio con un alcance que implique a una mayoría de la población puede sembrar la paz.

Al contrario de lo que ahora estaría sucediendo – EE.UU – China -, el clima más favorable es el de cooperación económica, apertura y multilateralismo.

Volviendo a América Latina, solo Chile, Uruguay y Colombia, alcanzaron un mejor desempeño en relación a la medición anterior, en tanto que ocho empeoraron.

Tras Chile (27) figuran Costa Rica (33), Uruguay (34) y Panamá (47). En posiciones más alejadas Ecuador (71), Argentina (75), Perú (80), Bolivia (85) y Paraguay (88). Los más rezagados, Venezuela (144°), Colombia (143°) y México (140°), Honduras (123), Nicaragua (120), Brasil (116), Guatemala (114) y El Salvador (113).


Datos llamativos, Alemania se encuentra en el 22, España (32), Reino Unido (45), Francia (60), China (110), Estados Unidos (128), Corea del Norte (149) y Rusia (154).

Mirando hacia Sudamérica, hubo mediciones sobre los encarcelamientos aplicados. Chile estuvo entre los que anotó disminuciones, por el contrario, éstas crecieron en nueve naciones del territorio. Todas las tasas de la zona se encuentran en la parte inferior del índice.

Asimismo, el terrorismo se incrementó en seis Estados: Colombia, Brasil, Perú, Venezuela, Ecuador y, sobre todo, Bolivia.

Refiriéndose a la militarización el IEP señala que los sudamericanos superan la media universal, en esto tendría que ver la crisis política y violencia habida en Venezuela y Brasil.

Concluimos reafirmándonos en que progreso y paz se apoyan entre sí. No hay que mirar muy atrás para ver de cerca los desmanes y estragos causados por la falta de estos elementos. El IEP nos advierte que “el cambio climático puede aumentar indirectamente la probabilidad de conflictos violentos a través de sus impactos en la disponibilidad de recursos, medios de vida, seguridad y migración”, la colaboración entre naciones debe intensificarse, encerrarse sólo creará desasosiegos.

Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.

Fuente: Wolf y Pablo Consultores S.L.

Source