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BancoEstado” de Chile, informa que la morosidad habida hasta ahora a nivel de microempresas y pymes, no es alarmante, ya que vía reprogramaciones estas han podido ir enfrentando la situación.

Señalan, “las microempresas nos dicen que enero fue un mejor mes de que lo que venían esperando, y eso nos da una nota de optimismo”, dijo el presidente de la entidad bancaria. Sin duda, la minoración de actos de violencia sin sentido ninguno, activan el comercio y el fomento de nuevas obras, son los motores del emprendimiento y el progreso, sin ellos será imposible atender las demandas sociales ya en marcha.

Igualmente, a través del Banco Central conocimos la cifra de inversión extranjera directa (IED) correspondiente a 2019, significó 10.797 millones de dólares, un 78% más en relación al ejercicio pasado. La cantidad lograda se vio afectada en el cuarto trimestre con ingresos notoriamente disminuidos, 850, 290 y 181 millones de dólares respectivamente, muy por debajo de la media mensual del resto de meses.


El monto total obtenido se acercó al promedio del último quinquenio, 11.185 millones de dólares, que, de no mediar los actos vandálicos habidos, se podría haber superado con holgura. Además, la reinversión de beneficios materializada (3.263 millones) por las compañías inversoras, simboliza la plena confianza en el buen hacer de la institucionalidad chilena establecida.

Otro dato importante lo constituye la cartera de proyectos recibidos en InvestChile, agencia de promoción y atracción de inversiones, la cual creció un 31% hasta situarse en los 18.448 millones de dólares. Solo de España, a contar del pasado 18 O a la fecha, se anunciaron, entre otras, las siguientes: Sacyr, con la adquisición de cuatro compañías de agua; la Divina Pastora, seguros de vida; el ingreso de Pontegadea, en GNL Quintero; o Agralia Chile, presente en Curicó.

Ya lo hemos señalado con anterioridad, las economías de libre mercado abiertas al mundo, suelen estar atentas a las contingencias internacionales que están teniendo lugar, el tema recurrente a escala global lo lidera el coronavirus, el cual indirectamente está afectando a prácticamente todo el planeta. Basta con un rápido repaso a lo que sucede por doquier para darse cuenta que el comercio en general podría verse resentido.


Por lo pronto, en 2019, principalmente a consecuencia de la guerra comercial EEUU-China, los embarques de Chile a China, sufrieron un retroceso de un 11%. Así todo, China se mantiene como el principal socio, centralizando un 32% de los envíos chilenos al mundo. A su vez el 24% de las importaciones andinas proceden de ese país. Los intercambios entre ambas naciones equivalen al 28% de los negocios de la tierra austral.

Mirado por sectores, China es el receptor del 47% de las exportaciones mineras y el 31% del silvoagropecuario nacional. Se destaca en este último caso los envíos frutícolas, de modo particular, las cerezas que han crecido un 37%, elevando las compras hasta los 2.054 millones de dólares.

A lo dicho, en la parcela industrial, hubo alzas de un 48% en los alimentos procesados, especialmente el aumento de las expediciones de carne de cerdo, debido a la fiebre porcina africana que afectó a la producción de los asiáticos.

¿Qué hacer ahora ante las incertidumbres que asolan el panorama internacional? En el caso de Chile ya comentamos que el crecimiento debería venir del exterior en forma de negocios nuevos, ampliaciones, y/o de las exportaciones y dentro del territorio de la obra pública, asumiendo que el orden público estará controlado por la autoridad competente.

De este modo, uno de los caminos elegidos por la autoridad local es acelerar las conversaciones de tratados de libre comercio en cuatro demarcaciones a las que en este momento se están dirigiendo todos los esfuerzos: la India, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), los países del Golfo y el norte de África.

Asimismo, algo habitual en materias de compraventas con el extranjero, será diversificar lugares de destinos incorporando puntos nuevos, como, también, incrementando la relación con aquellos que siendo ya clientes estén en situación de subir sus volúmenes. Igual cosa con los bienes y servicios exportados, habrá que apelar a mercancías y formatos inéditos.


Dejar claro que la emergencia provocada por el coronavirus es solo la punta del iceberg. El que esta quede bajo control no acabara de inmediato con las preocupaciones. En efecto, es conveniente tener presente el acuerdo fase uno suscrito entre los Estados Unidos y China, en el que estos últimos se comprometen a adquirir al primero, este y el año próximo, bienes y servicios por valor de más de 200.000 millones de dólares anuales intentando equilibrar la balanza comercial entre ellos.

¿Estarán los chinos en condiciones de hacer frente a estos desembolsos, junto a la batalla interna que continuarán librando para eliminar las huellas del coronavirus? ¿Podrán seguir adquiriendo automóviles y productos químicos en la Unión Europea? ¿Entraría la Unión Europea en recesión? ¿Minerales o alimentos en Chile?

Chile debe obligarse a trabajar a conciencia las redes tejidas en estos últimos 30 años, echando mano a todos los apoyos de los que pueda disponer para asegurar resultados y continuar su camino al desarrollo. No será fácil, habrá muchos Estados compitiendo por que su oferta llegue a todo el globo, quizás haya que pensar en alianzas temporales para conseguirlo.

Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L., Consultoría de Exportación Exterior a Chile