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Las empresas invierten muchos recursos en su mejora y crecimiento, pero a menudo se olvida a una pieza fundamental, los mandos intermedios.

La figura del mando intermedio es clave. Si quieres saber por qué, sigue leyendo.

Es uno de los principales problemas que plantean los directores de recursos humanos y los directivos a nivel general en las empresas. Según sus palabras: “los mandos intermedios no hacen su labor”.

Ante esta afirmación siempre respondo lo mismo: ¿Qué estás haciendo para que funcionen correctamente?

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La respuesta siempre es vaga y difusa, por lo que no podemos pedir algo a alguien al cual ni se lo hemos explicado, ni se lo hemos comunicado y por supuesto, no le hemos dado las herramientas adecuadas para hacer bien su trabajo.

Desde mi punto de vista se han invertido muchos recursos en las empresas y hemos dejado de lado a los mandos intermedios, hasta el punto de no estar ni tan siquiera en las reuniones de planificación.

Para mí el MANDO INTERMEDIO es el ESLABÓN FUNDAMENTAL de cualquier empresa.

En las próximas líneas voy a justificar mi rotunda afirmación:

  1. Eslabón procede del gótico *snôbô, alemán antiguo que significa cinta, lazo, enlace, cadena, etc. Son nuestros enlaces más directos con el personal base de la empresa y esto es fundamental en cualquier aspecto de la empresa.
  2. Son nuestros embajadores de la cultura organizativa, de la misión, de la visión, de los valores, todo aquello que supone el Corazón de la empresa.
  3. Juegan un papel fundamental en la comunicación en la organización. Son los que tienen que trasmitir órdenes, decisiones, etc., de una forma muy alineada con la estrategia de la empresa.

    De su habilidades de comunicación dependemos a la hora de trasmitir un cambio, una decisión o cualquier aspecto que afecte al centro de la empresa.

  4. Son los que tienen la temperatura de la satisfacción de los trabajadores. Tienen que ser capaces de estar tan cercanos al trabajador que sean capaces de trasmitir información hacia arriba de cómo están nuestros empleados.

  5. Son las orejas de la empresa. A través de ellos escuchamos lo que ocurre en el día a día de la empresa, teniendo que confiar en ellos en todo momento pues son ellos quienes comparten de forma más directa las tareas de la empresa.

  6. Son los facilitadores de las tareas. Ayudan, enseñan, facilitan el trabajo de sus subordinados con el fin de mejorar la productividad y la eficacia en el trabajo.

  7. Valoran el trabajo y lo evalúan. Deben ser capaces de evaluar a sus subordinados con el punto de vista de crecimiento, no con el punto de vista de la crítica sin crecimiento.

  8. Detectan el Talento. Son Antenas de Talento pudiendo identificar de una forma sencilla e intuitiva donde está el talento de la empresa. No necesitan grandes pruebas, su intuición les sirve.

  9. Este punto seguro que lo completas tú, piénsalo.

Y por último, son los líderes de nuestros empleados. Desarrollar el liderazgo natural y gestionar desde el liderazgo hace que el trabajo salga de una forma más correcta.

Confiemos en ellos e invirtamos en ellos para su desarrollo profesional y personal.

Gracias Mando Intermedio.

Si tú también crees en el poder del mando intermedio y quieres conseguir que sea ese eslabón clave para tu empresa, hemos preparado una formación que te va a gustar. Descúbrela haciendo click aquí.


José Enrique García – Director General de Equipo Humano